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Isozaki visita Bilbao para conocer el proyecto de terminación de Uribitarte

La nueva empresa propietaria del edificio Uribitarte, abandonado desde hace ocho años a orillas de la ría, quiere que el arquitecto japonés Arata Isozaki realice el proyecto para concluir la construcción de este inmueble singular. El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, y el consejero de Cultura, José Luis Sabas, también arquitecto, se entrevistaron ayer con Isozaki para transmitirle el deseo del Ayuntamiento de contar con un edificio suyo en el área de Abandoibarra. Isozaki no ha cerrado todavía el acuerdo con la promotora de Uribitarte, Vizcaína de Edificaciones.

Isozaki, autor del Palau San Jordi, construido en la montaña olímpica de Monjuïc para los Juegos de Barcelona de 1992, fue responsable del proyecto de reforma del edificio del Soho neoyorquino en el que se instaló la segunda sede del Museo Guggenheim en esa ciudad norteamericana. Isozaki ya ha colaborado en Bilbao en iniciativas, de menor calado que la rehabilitación de Uribitarte. El arquitecto fue el encargado del diseño de la instalación en el Museo Guggenheim de la exposición de arte y arqueología oriental China: 5000 años en el verano de 1998.Azkuna recibió ayer a Isozaki en el Ayuntamiento de Bilbao a primera hora de la tarde. El alcalde y el concejal de Cultura transmitieron al arquitecto japonés su interés por contar en Uribitarte, a menos de un kilómetro del Museo Guggenheim, con un edificio de su creación.

El futuro de Uribitarte, un proyecto inmobiliario que dejó un agujero de más de 11.000 millones y parecía no encontrar solución, empezó a clarificarse el pasado verano, cuando los 58 acreedores aceptaron el pago de 1.713 millones -apenas el 15% de su deuda - por parte de la constructora vasca Vizcaína de Edificaciones. Desde entonces, la empresa trabaja en la elaboración del proyecto para concluir el edificio. Para satisfacer las exigencias del Ayuntamiento, ha contactado con varios arquitectos extranjeros de prestigio.

Esta moda de contratar profesionales de fuera no está exenta de polémica. El Colegio de Arquitectos Vasco-Navarro ha interpuesto un recurso en el Tribunal Superior vasco de Justicia y otra denuncia ante el Tribunal de Defensa de la Competencia, dependiente del Estado, por la imposición de una lista para construir los dos primeros bloques de edificios en la zona de Abandoibarra.

Los planes de la constructora eran combinar la construcción de viviendas con un hotel en el solar de 8.000 metros cuadrados de superficie, pero la instalación hotelera se ha ido descartando en los últimos meses. El Ayuntamiento, que ha mostrado su respaldo a un proyecto que destierre el fantasmagórico esqueleto del inmueble en una zona en plena expansión urbanística, debe recalificar el terreno. Ahora está previsto sólo que se utilice para oficinas, y la reforma prevista requiere que sea de uso residencial libre. Además, el consistorio tiene que anular el expediente de venta forzosa que acordó a principios de año para resolver la parálisis en que está el edificio. Ambos trámites, según especifica el convenio que puso fin a la quiebra de Uribitarte, deben formalizarse antes del próximo 31 de enero, aunque existe la opción de una prórroga hasta el 31 de julio. Si para entonces no se cumplieran las condiciones establecidas en el convenio, la constructora vasca recuperaría los 1.700 millones de pesetas abonados.

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