El puente de las lamentaciones

Al cuarto puente del Urumea le bailan 25 centímetros. Esta aparente insignificancia ha impedido que la viga central toque los dos extremos del río. Es, sencillamente, "un error de cálculo", a juicio de un responsable municipal de obras. Un error que ha llevado a los técnicos de la obra a deshacer el trabajo realizado hasta ahora para resolver los fallos que impiden el ensamblaje de las piezas. La viga colocada el pasado 3 de noviembre, después de un aplazamiento inicial por unas grietas en esta estructura metálica, tuvo que ser descolgada ayer para proceder al refuerzo de uno de los laterales. Hoy volverá a repetirse la operación con el soporte situado en el otro extremo.La estructura central del puente, de 150 toneladas de peso, tiene una oscilación no prevista a uno de los lados y, debido al mencionado error de cálculo, no encaja con la plataforma fija por una cuestión de centímetros. Los soldadores tendrán que esperar para conseguir encajar la dovela de 47,5 metros de longitud con los sostenes de las orillas. Es de esperar que estas contingencia sean corregidas durante la colocación de la segunda viga, prevista para el 17 de noviembre.

El ingeniero José Antonio Fernández Ordóñez realizó un diseño novedoso y vanguardista para el cuarto puente de la ciudad, totalmente lineal y del todo diferente de los otros tres que unen un extremo y otro del río. La obra está presupuestada en más de 500 millones de pesetas.

Descartada ya la fecha del 20 de enero -festividad de san Sebastián- para la inauguración oficial de esta desgraciado puente, la dirección de la obra asegura que la apertura definitiva será a finales del mes de febrero; en marzo a más tardar.