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Un informe del hospital Valdecilla consideraba urgente 'el saneamiento general de las fachadas'

Jorge A. Rodríguez

Documentos oficiales del hospital Valdecilla de Santander, en el que el desplome de la fachada noreste del edificio de Traumatología mató el pasado día 2 a cuatro personas, reconocían que una de sus "necesidades más perentorias" era "el saneamiento general de las fachadas", dado su "deficiente" estado de conservación, sobre todo porque desde su construcción "no se ha realizado ninguna inversión significativa para su remodelación". El desastre se produjo al día siguiente de que el Insalud aprobara invertir 8.596 millones para remozar el centro.

La urgencia de sanear las fachadas se recoge en el Plan Estratégico del hospital Valdecilla y en un estudio realizado en 1995 por la empresa SGS Tecnos, por encargo del Insalud, aunque en ningún momento ponen en cuestión la estabilidad de la construcción. En el primero se considera urgente invertir 50 millones de pesetas en las fachadas y en prevenir humedades y sustituir las repisas de las ventanas de Traumatología para "evitar accidentes".El citado plan, en su Análisis final de situación, destaca la política de "progresivos y múltiples parches" en el hospital, sin "ninguna inversión significativa para su remodelación", lo que ha derivado en un edificio "de difícil y costosa conservación en lo que respecta a su mantenimiento reparador y preventivo".

Los arquitectos y aparejadores consultados -algunos han dirigido obras en Valdecilla, pero han pedido el anonimato- coinciden en que la tragedia era difícilmente previsible, aunque subrayan que un plan de conservación y revisión periódica del edificio podría haberla evitado.

"Éste es un mal general en un país en el que no existe una cultura del mantenimiento, una ITV de los edificios", asegura Luis Fernández Inglada, el arquitecto del Insalud que está coordinando el informe sobre el derrumbe. De la misma opinión es Miguel Ángel Berrazueta, presidente del Colegio de Aparejadores de Cantabria: "Estos desastres se podrían evitar con inspecciones de edificios, con la famosa ITV que venimos reclamando desde hace años".

Los técnicos consultados también coinciden en que las técnicas de construcción empleadas en Valdecilla eran problemáticas y han caído en desuso, superadas por nuevas tecnologías.

El citado Plan Estratégico indica que los proyectos arquitectónicos del edificio siniestrado "en su momento, cumplían las normas". No obstante, en el año en que se acabó Traumatología, 1975, el Ministerio de la Vivienda aprobó la norma NTE-FFB/75, que ordenaba que las paredes de cerramiento se anclasen a los "elementos estructurales verticales y horizontales", como en este caso, "reforzando la unión con la otra hoja [el muro interior] con anclajes cada 30 centímetros en toda su altura".

Apoyos débiles

"En aquellas fechas se construían hospitales de 14 plantas y se hacían en nueve meses y con materiales malos; hoy ni se hacen los hospitales así de altos ni se emplean esas técnicas", puntualiza Fernández Inglada, yerno del fallecido arquitecto Fernando Flórez, autor del proyecto del hospital en los años 70.Los problemas de construcción, fundamentalmente, sumados a la falta de conservación y a imponderables atmosféricos que dieron el último empujón, provocaron que el 2 de noviembre la pared se separase de sus anclajes, "de apenas cuatro centímetros más un ladrillo llave apoyado en el forjado de metal", según el aparejador Berrazueta.

"La pared estaba apoyada en los diferentes pisos en una membrana fina. En algún punto una tensión fuerte arrancó parte de la pared, de forma que la membrana no pudo soportar más peso y se desplomó desgarrando el resto de los apoyos", precisa Fernández Inglada, que sigue trabajando en el informe final sobre el derrumbe. "Estamos haciendo catas en todo el edificio para ver cómo está, pero ahora nos preocupan las paredes interiores de la fachada caída, que están muy expuestas y si viene viento se pueden caer", precisa.

Este arquitecto y el citado aparejador discrepan, no obstante, en un punto: en si un derrumbe de estas características da algún aviso o no. Fernández Inglada subraya que no hay forma de determinar estos accidentes: "Y no sólo lo digo yo, lo dice la gente que de verdad sabe de esto". Berrazueta disiente: "Me parece difícil que no avise, que no surjan previamente fisuras, grietas o deformaciones".

Los sindicatos del hospital, por su parte, aseguran que ya habían avisado de que algo similar podía pasar. CC OO ha facilitado documentos en los que subraya que el edificio padece "deterioro estructural, como son las grietas del laboratorio de Hematología, etcétera", y remite al Plan Estratégico, que reconoce la existencia de "puntos de cesión que han generado grietas en los tabiques" y "cesión de suelos en zonas sometidas a sobrecargas".

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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