El consumo sigue al alza y acelera el crecimiento económico al 3,7%, según el Banco de España

La rebaja fiscal, el aumento del empleo y los bajos tipos de interés mantienen la alta temperatura de la economía española, que, según estimaciones del Banco de España, se ha acelerado una décima en el tercer trimestre, hasta el 3,7%. El impulso viene sobre todo del consumo privado, cuya tasa de crecimiento ha sido "ligeramente más expansiva". El Banco de España considera que los salarios deben ignorar que las expectativas de inflación son al alza y propone que la negociación colectiva tome como referencia "las pautas de estabilidad" que rigen en la zona euro.

En su boletín económico correspondiente a octubre, el Banco de España deja claro que la situación económica sigue boyante. En el tercer trimestre, la economía española ha crecido un 3,7%, una décima más que en el trimestre anterior, según la entidad. Éste es el ritmo de crecimiento anual que el Gobierno espera alcanzar como media del ejercicio.El crecimiento español es más del doble que el de la media de la zona euro para el segundo trimestre (1,6%), que, según el Banco de España, podría haberse intensificado también en los tres meses siguientes. Esta mejora está fuertemente condicionada por la evolución en Alemania e Italia, que aún crecen por debajo de la media.

En el caso español, el modelo de crecimiento es el más propicio para la aceleración de los precios. El impulso viene sobre todo por el gasto en consumo final de los hogares, que ha podido acelerarse hasta el 4,2% registrado en el segundo trimestre. A ello se añade que el sector exterior no ha empeorado, si bien su evolución futura dependerá de que no prosiga el deterioro de la competitividad.

Los factores que no paran de echar leña al fuego al consumo son, como en meses anteriores, el aumento de la renta disponible de las familias por la rebaja fiscal, el crecimiento del empleo y los bajos tipos de interés, según el Banco de España. Esto explica en parte que la inflación española haya alcanzado, al término del tercer trimestre, un diferencial con respecto a la media de la zona euro del 1,3%, el máximo desde finales de 1996.

El Banco de España se muestra suave a la hora de analizar la eficacia de las medidas liberalizadoras del Gobierno y respalda, aunque con cautelas de tipo contable, su política presupuestaria. Por el contrario, los salarios son, como en ocasiones anteriores, el punto de mira.

"La puesta en marcha de las cláusulas de revisión salarial al final del año (...) vuelve a poner de manifiesto el peligro de que aumentos de los precios de carácter transitorio (...) acaben incorporándose a las expectativas de inflación y afecten a la competitividad de la economía", dice el informe.

Para corregir este efecto propone que la negociación salarial para el 2000 "tenga especialmente en cuenta las pautas de estabilidad que rigen en la zona euro". Añade que debería aplicarse "un control estricto del gasto público" y que los incrementos de recaudación por la buena situación económica "se traduzcan en una aceleración del proceso de consolidación fiscal".

El Banco de España justifica también el aumento del consumo en la aceleración del empleo que prevé para el tercer trimestre y en el descenso de los tipos de interés reales. Esto último hace que los incentivos financieros al ahorro sigan "siendo escasos", al tiempo que se dan unas condiciones crediticias "muy holgadas".