Apoyo cerrado de la cúpula de CDC

Cuando el 27 de abril pasado se conoció el diputado Camps -elegido en las listas de CiU de Barcelona en las pasadas elecciones catalanas en el puesto 25 sobre 31 que salieron y cuatro más atrás del lugar que ocupó en las elecciones celebradas en 1995- había recibido dinero de Javier de la Rosa en sus cuentas suizas la cúpula de su partido, Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), le apoyó unánimemente.El presidente de la Generalitat y de su partido, Jordi Pujol, y el secretario general, Pere Esteve, no sólo no aceptaron su renuncia al escaño de diputado sino que, según las palabras del propio diputado, le contestaron preguntándole si estaba loco.

Al mismo tiempo, el resto de los dirigentes de su partido afirmaron públicamente que "todos somos Jaume Camps", en señal de solidaridad.

El que fuera portavoz parlamentario en Madrid y secretario general del partido, además de amigo íntimo y estrecho colaborador de Camps, Miquel Roca, declaró que "lo que diga Camps va a misa".

Él mismo justificó su decisión de no dejar el escaño diciendo que si su "dimisión sirviera para enmarcar el caso en el aspecto estrictamente profesional, juro que dimitiría ahora mismo, pero ahora se interpretaría como una confesión de culpabilidad".

El 18 de mayo pasado, Camps declaró como testigo ante la juez de la Audiencia Nacional Teresa Palacios, donde reconoció la existencia de las cuentas pero aseguró actuar en nombre de su cliente venezolano. Camps no encontró problemas para su inclusión en las listas.