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Entrevista:ZORAN DJINDJIC LÍDER DE LA ALIANZA OPOSITORA SERBIA

"Las sanciones contra Serbia han sido un error"

ENVIADO ESPECIALEl presidente del Partido Demócrata (DS) y dirigente de la coalición Alianza para los Cambios (SZP), el filósofo de 47 años Zoran Djindjic, opina que la oposición tiene que conseguir la convocatoria de elecciones en Serbia en los próximos tres meses si no quiere perder el apoyo popular. Djindjic está convencido de que, si el presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, supera el invierno y sigue en el poder, abrirá de nuevo una crisis con otra intervención de la OTAN.

La estrategia de la oposición, según Djindjic, pasa por desencadenar un enfrentamiento entre los ayuntamientos donde gobierna contra el poder del régimen en Belgrado, acompañado de manifestaciones en las calles, para imponer a Milosevic unas elecciones. No está de acuerdo Djindjic con las sanciones de la comunidad internacional contra Serbia, por considerarlas ineficaces, y se declara partidario de entregar a Milosevic al Tribunal de La Haya.

Las calles de Belgrado aparecen estos días plagadas de carteles de propaganda contra Djindjic, a quien presentan como un niño acurrucado junto al presidente de Estados Unidos, Bill Clinton. Otros pasquines recogen citas de Djindjic para presentarle como un traidor. Denuncia el político opositor que tiene conocimiento de que están en marcha planes para asesinarlo, y teme por su vida.

Djindjic, que habla un excelente alemán tras sus estudios de Filosofía en Francfort y Constanza, concedió una entrevista al enviado de EL PAÍS en su despacho en la sede del Partido Demócrata en Belgrado.

Explica Djindjic que la estrategia de la oposición se orientaba "a largo plazo, con varias fases", y no excluyeron en un momento dado que se produjese una "salida a la indonesia" de Milosevic, como la caída del dictador Suharto. Cosa que no ocurrió. Djindjic esboza así el problema: "Ahora tenemos una mayoría, pero para hacerla operativa necesitamos elecciones y, para conseguir las elecciones, necesitamos una presión radical, que no tenemos. Tenemos una presión lenta, 36 días de protestas en varias ciudades de Serbia. La mayoría se pasó a la oposición, pero esto no basta para someter a Milosevic a presión y lograr las elecciones en las que se muestre esa mayoría. Si conseguimos las elecciones anticipadas, Milosevic se acabó. Si no, nos acabamos nosotros. Ese apoyo que tenemos desaparecería. Si no conseguimos las elecciones en dos o tres meses y se retrasan un año, la mayoría que tenemos la perderemos, y la gente estará tan decepcionada dentro de un año que ya no irá a votar".

Considera Djindjic que ahora la oposición entra "en la fase decisiva, en noviembre: presionar para obligar a la celebración de elecciones. Lo que nos falta son las formas de la presión concreta, grandes manifestaciones, una crisis. Lo que necesitamos es una crisis política que obligue a Milosevic a convocar elecciones. Esboza Djindjic el escenario de esa crisis por medio de "los concejales en las ciudades como legítimos representantes del pueblo y grandes manifestaciones. Movilizar los gobiernos municipales, que se conviertan en un polo contra Milosevic y actúen con declaraciones de estado de excepción en los ayuntamientos, estado de necesidad. Por ejemplo, Nis rompe las relaciones con el Gobierno de Belgrado y dice que, por el estado de necesidad social, exigimos la dimisión del Gobierno y negamos la cooperación con el Gobierno. Si esto ocurre en Nis, Novi Sad, Kragujevac, Chachak, Kraljevo, Uzice, Milosevic tendrá que reaccionar, enviará la policía y después la población reacciona, se celebran sesiones de crisis en los ayuntamientos, 24 horas sin interrupción, y en Belgrado, lo mismo. Esperamos provocar para mediados de noviembre una crisis política que Milosevic no pueda parar".

Está convencido Djindjic de que, "si Milosevic sobrevive al invierno, provocará una nueva crisis en Sandjak o en Montenegro y tendremos una nueva intervención de la OTAN. Esto es bastante lógico. Él tiene que desviar la atención de los problemas económicos hacia las crisis nacionales y de Estado. Él necesita crear enemigos, y el enemigo tiene que ser nacional o estatal. Tiene que crear un nuevo enemigo, Djukanovic , Sandjak o Voivodina. Djukanovic es el más adecuado, un enemigo viejo y nuevo. Ese conflicto es impensable que concluya sin intervención internacional, y tendríamos de nuevo un Kosovo o algo parecido, dos o tres meses de tira y afloja, y de nuevo Milosevic como vencedor entre comillas. No sobrevivirá tan fácilmente, porque para ello necesita una economía que funcione medianamente bien, y eso no puede conseguirlo, pero puede causar nuevos males".

Se muestra partidario Djindjic de la extradición de Milosevic: "Sí, soy partidario de personalizar la culpa. Él está acusado, esto no quiere decir que sea culpable, pero preguntamos ¿quién lo acusó? Un tribunal. ¿Qué tribunal? Un órgano del Consejo de Seguridad. ¿Qué es el Consejo de Seguridad? Un órgano de la ONU ¿Aceptamos la ONU? Sí. No podemos aceptar la ONU en unos casos sí y en otros no. Queremos aceptar las organizaciones internacionales con todas las consecuencias. Lo que la ONU y el Consejo de Seguridad deciden debe ser vinculante para nosotros. El tema no es Milosevic o Zoran Djindjic o Vojislav Seselj, sino una cuestión de principio: tenemos que cooperar con todas las organizaciones internacionales".

No tiene la menor duda Djindjic de que la política de la comunidad internacional de sanciones contra Serbia ha sido equivocada: "Está claro que ha sido un error. Si las naciones más importantes del mundo utilizan desde 1992, durante siete años, un instrumento que no consigue su objetivo, o son incapaces o el instrumento es errado. No se puede explicar que no logre su objetivo en siete años. Mire a Cuba. Está claro que las sanciones no consiguieron en ningún lugar del mundo el objetivo. Pensamos que la gente que puede provocar el cambio en Serbia son las clases medias. No son los que pasan hambre los que salen a la calle. Los que se manifiestan en Serbia no son los más pobres. Si se empobrece aún más a los que salen a la calle, no queda masa crítica para exigir las reformas. Si se apoya un poco a los pobres, existe la posibilidad de que salgan también a protestar. Los cambios sólo pueden producirse cuando la gente tiene la esperanza de un futuro mejor, y para tener esa esperanza no se puede estar hambriento ni vivir en casas frías, porque en ese caso se pierde toda esperanza".

Se muestra partidario Djindjic de que "las sanciones se levanten. Sabemos que no todos los políticos están a favor de esta postura. Nuestra propuesta más reciente es que, si Occidente no quiere levantar estas sanciones, lo haga unido a ciertas condiciones. Por ejemplo, si se convocan elecciones limpias, se levantan las sanciones". Reflexiona Djindjic sobre las sanciones, "introducidas por Bosnia y Kosovo". "No había otro motivo. Las fuerzas internacionales están ahora en Bosnia y Kosovo. El motivo más importante ha desaparecido. Ahora quieren castigar a Milosevic por su carácter. Eso no basta . Yo creo que unas elecciones limpias en Serbia son un paso en la dirección adecuada a la normalización. Si Milosevic gana, yo lo acepto como la voluntad del pueblo, y estoy en contra de que alguien en el mundo diga que no lo acepta. Ahora Milosevic no amenaza a los vecinos, a Bosnia o Bulgaria. Él es un peligro sólo para nosotros y, si nosotros lo elegimos, los que lo elijan deben pagar el precio por ello. Yo estoy convencido de que la mayoría no le votará, pero, si la mayoría le vota en elecciones limpias, ésa es la decisión de la gente".

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