Yeltsin advierte a EE UU sobre las consecuencias de violar el ABM
El primer ministro ruso, Vladímir Putin, constató ayer en Oslo con el presidente estadounidense, Bill Clinton, las diferencias sobre la guerra de Chechenia y las intenciones de EE UU de modificar el tratado ABM (misiles antibalísticos). El líder del Kremlin, Borís Yeltsin, no estaba dispuesto a que su jefe de Gobierno jugase a la defensiva en la capital noruega. Por eso le envió con un mensaje en el que advertía a Clinton de las consecuencias que tendría para el proceso de desarme que EE UU siguiese en sus trece.Washington desea alterar el tratado ABM, en vigor desde 1972, para desplegar un sistema antimisiles que prevenga ataques de Estados potencialmente terroristas como Irán, Irak o Corea del Norte. Moscú, por el contrario, cree que eso supondría suprimir la base de todo el proceso de desarme, y que impediría la ratificación por la Duma rusa del tratado START II y la negociación del III. Yeltsin ha enviado mensajes en los que alerta sobre lo "extremadamente peligroso" que resultaría no respetar el ABM al secretario general de la ONU y a los líderes de países nucleares como China, India y del Grupo de los Siete.
El caso checheno
Sobre el segundo punto de discordia, Putin declaró, al final de la entrevista con Clinton, que el conflicto de Chechenia no tiene por qué afectar a las relaciones con EEUU, pues se trata de un problema interno ruso. Admitió, sin embargo, que como los dirigentes de otros países occidentales, Clinton está preocupado por la dimensión del problema humanitario, es decir, por la avalancha de refugiados hacia Ingushetia. Para demostrar que no se está cometiendo un genocidio, Rusia está dispuesta a aceptar la visita a Chechenia de representantes de organizaciones internacionales.La televisión rusa mostró ayer imágenes estremecedoras del intento de miles de personas por superar la barrera impuesta por el Ejército, que sólo pudieron salvar unos cuantos ancianos, niños y mujeres. Una de éstas cayó fulminada por un infarto y murió en pocos segundos.
Entretanto casi se ha completado el cerco de Grozni, aunque no parece inminente un asalto. No será antes, en cualquier caso, de que la artillería y la aviación machaquen la ciudad para debilitar la defensa. La televisión mostró decenas de carros de combate dominando las colinas.
Putin aseguró que su Gobierno sigue en Chechenia el mismo camino emprendido por el asesinado primer ministro israelí, Isaac Rabin, objeto de un homenaje internacional en Oslo. En su opinión, las operaciones militares en la república caucásica son un capítulo más de la lucha contra el terrorismo.
Putin viajará hoy a Sochi, en la costa rusa del mar Negro, para informar a Yeltsin de cómo le fueron las cosas con Clinton, en lo que ha constituido su más importante misión diplomática en los dos meses y medio escasos que lleva como primer ministro.
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