Cervera anuncia que dividirá La Fe en dos y la oposición le acusa de "desmantelar" el hospital

La modernización del hospital La Fe de Valencia pasa por su división en dos centros, pero sin que ello suponga perder "la marca", según afirmó ayer en las Cortes el consejero de Sanidad, José Emilio Cervera, quien justificó el proyecto por la saturación, el deterioro y la obsolescencia de las actuales instalaciones. El centro hospitalario sería desmembrado en dos: un hospital general, que quedaría en el actual emplazamiento, y otro de referencia, para el que se busca un solar adecuado. La oposición acusó al Consell de querer "desmantelar" La Fe y aseguró que su división no está justificada.

Cervera compareció ante la comisión de Sanidad de las Cortes Valencianas a petición del grupo de Esquerra Unida para explicar el proyecto de remodelación del hospital La Fe. El consejero puso de relieve los problemas que aquejan al complejo hospitalario, construido en los últimos años setenta dentro de un plan nacional que alumbró centros como La Paz de Madrid o el de Valle Hebrón, en Barcelona. "La Fe no ha podido soportar el paso del tiempo", justificó Cervera, quien señaló que los hospitales del mismo tipo construidos en las dos capitales citadas "ya pusieron en marcha hace años planes de adaptación a los nuevos tiempos", mientras que en el hospital valenciano apenas se ha intervenido. Esta es la razón por la que el Consell encargó un estudio a una consultora. La conclusión fue que la estructura del centro hace imposible su remodelación por cuestiones presupuestarias y de calidad asistencial.El consejero de Sanidad dijo que La Fe es un centro de "prestigio" cuyo deterioro, que se arrastra desde los años ochenta, "ha alcanzado tal nivel que no sólo afecta al confort de los pacientes, sino que ha acabado generando problemas de ineficiencia en la asistencia". Según Cervera, el complejo hospitalario sufre "graves disfunciones en la distribución de las áreas,", además de un "agotamiento del espacio interno" y una deficiente "comunicación vertical".

Por ello, Sanidad prepara un plan estratégico, cuyas líneas generales avanzó Cervera, no sin precisar que se estudian diversas alternativas ante de adoptar la decisión "más óptima". El proyecto del Consell pasaría por dividir La Fe en dos centros, uno que tendría carácter "general básico", resultante de la remodelación de las actuales instalaciones, y otro destinado a la actividad asistencial y de referencia, de mayor tamaño y para el que se busca emplazamiento. Cervera precisó que a pesar de que los dos centros no estarán unidos, mantendrán la "marca La Fe" y ninguno será "prestatario" del otro.

La oposición recibió el anuncio con prudencia y pidió al consejero más "concreción". La diputada de EU Ángela Llinares acusó al Consell de "incitar" a la gente a pasarse a la sanidad privada. Por su parte, la socialista María José Mendoza mostró su preocupación ante el proyecto de dividir el hospital y dijo que Cervera había explicitado la "desmantelación" del centro. "No hay ninguna razón técnica o científica para separar el hospital general del de referencia", según la diputada, que apeló a la calidad asistencial y la docencia.

La intervención de Mendoza, en especial una referencia suya al "déficit democrático" del consejero, no gustó a Cervera, que abandonó su tono didáctico y sosegado para elevar la voz y echar en cara a los socialistas su "terminología alarmista" y sus ideas "anquilosadas" sobre el futuro de La Fe. Cervera afirmó que nadie pretende "desmantelar" el centro, y ante las referencias de la oposición al continuo descenso del número de camas, espetó: "La Fe no es un hotel, es un hospital, y su rendimiento no se mide por el número de camas sino por su funcionalidad asistencial".