Clinton impulsa la fase final de la paz entre Israel y los palestinos

Los tres protagonistas principales del proceso de paz en Oriente Próximo volvieron ayer a Oslo -la ciudad en la que hace casi siete años empezó secretamente el diálogo directo entre israelíes y palestinos- con la esperanza de acordar en ese simbólico escenario las líneas maestras de lo que debería ser el estatuto final para la convivencia en la región. El presidente norteamericano, Bill Clinton, dijo ayer que confía en obtener progresos en la cumbre que hoy finaliza.

Clinton se reunió ayer por separado con el primer ministro israelí, Ehud Barak, y con el presidente de la Autoridad Palestina, Yasir Arafat. Los dos últimos tenían previsto reunirse de forma bilateral anoche, para culminar hoy con una entrevista entre los tres líderes, en la que debían concretarse los avances logrados. El objetivo esencial ahora, una vez desatascadas las vías de diálogo, que estuvieron bloqueadas durante el Gobierno de Benjamín Netanyahu, es conseguir acuerdos sobre la fase final de la negociación, que incluye también los aspectos más difíciles, como el estatuto de Jerusalén y el futuro de los asentamientos judíos. "En el momento decisivo será necesario hacer grandes sacrificios", advirtió ayer Clinton a sus dos interlocutores. "Seremos capaces de medir si se han hecho progresos en la medida en que consigamos acuerdos sobre las modalidades en las que debemos actuar", añadió. Si las conversaciones de Oslo tienen éxito, es probable que los tres líderes se citen para una nueva cumbre al estilo de Camp David, que debería ser la del anuncio de acuerdo final. El objetivo es hacer todo eso antes del mes de febrero. Arafat se quejó ayer de que, como primer paso, hay que resolver el problema de los asentamientos. "Vamos a celebrar el 2000 aniversario del nacimiento de Cristo y Belén está asediado y rodeado de colonias", dijo. La reunión de Oslo fue también un homenaje al asesinado Isaac Rabin.