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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Kurdos, albaneses, chechenos...

Rusia decide machacar la resistencia chechena y apenas se escuchan quejas desde los mismos países que arrasaron Yugoslavia hace meses por, dicen, hacer lo mismo con los albaneses de Kosovo. Las mismas voces que durante la guerra contra Yugoslavia mantuvieron una ambigüedad que hacía más digerible la acción de la OTAN, hoy denuncian la hipocresía, la doble moral. Para ello, trazan comparaciones que nada tienen que ver con la realidad. Esas mismas voces ya hicieron antes un interesado paralelismo entre kurdos y albaneses: pretendían, al parecer, hacer más comprensible el problema, denunciar el trato diferenciado a Turquía y a Yugoslavia. Fallaban en la comparación, pues quienes conocen lo que estaba sucediendo en Kosovo saben que no tenía nada que ver con la situación de la minoría turca.Ahora, con su afán comparativo, igualan chechenos con albaneses, para que todos lo entendamos de la forma más sencilla. Nada que ver, de nuevo. El problema de Chechenia no es ni más ni menos complejo que el del Kurdistán o el de Kosovo. Simplemente, su complejidad es distinta, original. En el Cáucaso, no sólo en Chechenia, se están ventilando unos intereses cuyo alcance aún no conocemos, pero que una vez más aparecen teñidos de negro petróleo. La cuestión de los oleoductos del mar Caspio determina que quien controle la región tendrá el dominio de una de las zonas más ricas del planeta, de la que dependerá nuestro consumo energético futuro. Aquellos inestables países, además de Rusia, Turquía, Irán, pero también la Unión Europea y EE UU -que declaró hace años la zona "vital para sus intereses"- se lo juegan todo en una serie de microconflictos que podrían degenerar con el tiempo en una guerra mayor.

Lo que Rusia hace en Chechenia no es muy distinto de lo que hacen muchos otros países en sus territorios, dentro o fuera de la geografía interesada de los media; sin que esto justifique sus acciones, ni sirvan para mucho los paralelismos. Si las comparaciones son odiosas, en estos casos más todavía, pues permiten manipular las emociones de quienes ven kurdos por todas partes.-

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