La nueva Gran Vía

Una de las mayores partidas de dinero para las juntas de distrito de la capital irá a parar a una de las arterias principales de Madrid: la Gran Vía. La calle, a lo largo del próximo año, se transformará de forma notable gracias a los 500 millones de pesetas que se consignan para ello en el presupuesto municipal para el 2000. La metamorfosis, con todo, no será traumática. En un principio, los responsables municipales habían pensado en suprimir carriles de circulación para entregárselos a los peatones de tan histórica avenida. Pero, tras analizar los flujos de tráfico, un informe de los técnicos de la Junta Municipal del distitro de Centro ha echado por tierra este proyecto. La Gran Vía seguirá, por tanto, con los mismos coches y el mismo ruido, pero con aceras nuevas, con mobiliario urbano nuevo y con una nueva iluminación. ¿No son muchos 500 millones para cambiar aceras sin reducir la calzada?

"Pues claro que no", responde el concejal de Vivienda y Rehabilitación Urbana, Sigfrido Herráez, del PP, "porque todas las aceras de la Gran Vía van a cambiar y van a ser de granito, y eso es caro". El edil adelanta que la reforma de la Gran Vía se parecerá a la que se ha llevado a cabo este año en la calle Mayor. "Será ese tipo de pavimento, con especiales rebajes para las personas minusválidas, sin barreras arquitectónicas y siguiendo el esquema que se está desarrollando en todo el distrito de Centro". El concejal añadió: "En la calle Mayor, que es mucho más pequeña, la reforma costó más de 350 millones de pesetas, así que puedo asegurar que de los 500 millones para la Gran Vía no sobrará nada".