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Julia Otxoa publica un libro de relatos en clave de ironía y misterio

Maribel Marín Yarza

La escritora Julia Otxoa (San Sebastián, 1953) asoma de nuevo en el panorama narrativo con Un león en la cocina, un libro que reúne 50 relatos con la ironía, el misterio y el absurdo como hilos argumentales. La obra, que publica la editorial Prames-Las Tres Sorores, supone la segunda entrega del género de esta escritora que utiliza la ficción como mejor vehículo para "desvelar todo lo que no se ve en la apariencia de la realidad".En Un león en la cocina no existe una línea temática. Otxoa dibuja un paisaje variopinto de reflexiones, en el que cabe la crítica a la vanidad que rodea la vida y obra de los escritores, la leyenda sobre los cazadores de palomas o relatos que abanderan la tolerancia. No son más que la manifestación del carácter de una escritora que entiende la vida como constante búsqueda, que ha encontrado en la inquietud su mejor aliado. "Me interesa todo ese tipo de paisaje de perplejidades que ofrece la realidad y que a menudo te desborda", afirma. "Estamos constantemente asistiendo a hechos que no podemos explicar racionalmente". Y esta reflexión es precisamente su propuesta narrativa.

El libro que brinda ahora a los lectores tiene guiños autobiográficos, pone sobre la mesa sus propias aficiones. Otxoa busca nuevos poetas, bucea en los clásicos o relee a Albert Camus o a Franz Kafka y los introduce en imágenes en su propia obra. Un león en la cocina incluye en su portada y en el interior ilustraciones de Ricardo Ugarte. "Son un homenaje que hacemos a nuestros amigos escritores", asegura Otxoa. "Qué duda cabe", afirma, "que si hubiera vivido Kafka habría sido nuestro amigo".

Versatilidad

La escritora donostiarra siempre se ha destacado por su versatilidad, por su capacidad de manejarse con soltura en distintos géneros. "La gente piensa que la poesía o los relatos son compartimentos estancos", dice, "pero para mí no lo son". Simplemente las concibe como "distintas herramientas de una misma raíz de inspiración" que maneja a su antojo. Lo mismo escribe aforismos que construye un relato infantil o crea obra gráfica. No cree que exista un ápice de esquizofrenia en su trabajo polifacético. "Si se ve de manera natural el trabajo de artistas como Miguel Ángel o Leonardo Da Vinci en el Renacimiento, no entiendo por qué ahora no se entiende".

La escritora no descansa. Confiesa que en estos momentos tiene nuevos relatos como para publicar otro libro. En todo caso, anuncia proyectos más inmediatos. Próximamente la editorial Capitel publicará el poemario La nieve en los manzanos, que la autora define como "una metáfora de la situación del País Vasco". En este trabajo utiliza la naturaleza para esbozar un futuro esperanzador. "Quiero pensar que esa nieve se irá diluyendo, acabaremos viendo las flores y al final saldrán las manzanas".

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