Holanda deroga la ley que prohibía los prostíbulos desde 1911
El Senado holandés ha dado el último paso en la despenalización de la prostitución, al abolir de la ley que desde 1911 prohibía los burdeles. A partir de julio, los ayuntamientos podrán controlar la higiene y la situación sanitaria de los locales, las horas que realizan las trabajadoras y la seguridad laboral, igual que en cualquier empresa. Las organizaciones que defienden los derechos de las prostitutas cifran entre 20.000 y 30.000 el número de mujeres que viven de vender su cuerpo en Holanda, de las que, según sus cálculos, un 45% trabajan en alguno de los 2.000 burdeles que, aunque ilegales, funcionan en todo el país.
Paradójicamente, el ejercicio de la prostitución estaba ya permitido siempre que las mujeres trabajaran en su propio negocio, como empresarias. Por eso son legales los famosos escaparates de los barrios rojos de las grandes ciudades, donde un 20% de las prostitutas del país se exhiben. La ilegalidad de los burdeles ha amparado el aumento del tráfico de mujeres y armas y la explotación de menores.
En Europa los prostíbulos sólo están permitidos en Dinamarca. En Suecia se camina en sentido contrario: desde este año, contratar los servicios de una prostituta está fuertemente castigado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.