Sólo 12.000 aficionados en el Bernabéu
El aguacero y los atascos supusieron un escollo insalvable para muchos aficionados del Real Madrid. Ayer, el estadio Santiago Bernabéu se quedó con los asientos vacíos en las dos terceras partes de sus anillos. Sólo unos 12.000 espectadores se acercaron al campo, a pesar de que el club puso a la venta entradas rebajadas a mil pesetas para los socios. Eso sí, la oferta se limitó a zonas descubiertas que estaban expuestas a la lluvia."El día es horrible, los aficionados que han venido son unos verdaderos héroes", ponderó el vicepresidente Juan Onieva antes del partido. Ni siquiera la trascendencia del duelo europeo había animado a los madridistas. Su equipo necesitaba ganar ante el Olympiakos griego para clasificarse para la segunda ronda de la Liga de Campeones. Un empate podía dejar al Madrid fuera de la competición y una derrota habría significado una catástrofe. Para contemplar el encuentro se acercaron hasta Madrid unos 280 aficionados griegos. Ayer en el Bernabéu los aficionados del Olympiakos redujeron con mucho el nivel de agresividad y decibelios que demostraron en el estadio Spiros Louis.
La primera sorpresa de la noche, nada más comenzar los calentamientos, se la llevaron los hinchas del Madrid. Porque si el técnico John Toshack había anunciado en su entrenamiento del lunes que el francés Anelka jugaría desde el primer minuto, el único delantero del equipo resultó ser Morientes. Toshack cuajó su decisión ayer por la mañana, en un entrenamiento a puerta cerrada : Anelka se puso el peto de los suplentes después de cuatro partidos como titular.
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