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Entrevista:

"Hay que resolver el conflicto entre la mano y el pelotari"

A pesar de ser cirujano cardíaco, su afición y devoción por la pelota vasca propició también su acercamiento como profesional médico a las patologías derivadas de este deporte. Ander Letamendía (Tolosa, Guipúzcoa, 1947), fue pelotari primero que médico, razón por la cual entiende a la perfección todos los problemas sufridos por la herramienta fundamental de este deporte, amén de la pelota: la mano del deportista. Publicaciones suyas sobre el mayor mal del pelotari -la enfermedad denominada síndrome de Raynaud- bajo el título El dedo blanco del pelotari (1993), una recopilación de todas las lesiones posibles y los modos de prevenirlas en El pelotari y sus manos (1996) o la biografía dedicada a uno de los mejores deportistas de la historia en este deporte, Miguel Soroa, convierten a Letamendía en una de las máximas autoridades cuando se trata de hablar de un frontón y una pelota.Pregunta. ¿Qué es el síndrome de Raynaud y qué supone al pelotari?

Respuesta. Es una enfermedad de la mano descubierta por Raynaud que consiste en tres fases distintas. Una primera en la que los dedos se ponen blancos, fríos e insensibles. En la segunda azules y, en la tercera, rojos. Esas crisis pueden ser pasajeras o muy frecuentes y afecta al pelotari porque al dedo no le llega la sangre. Tiene un 70% de incidencia entre los pelotaris y un 1 por 1000 en el resto de la población.

P. ¿Es entonces un problema circulatorio?

R. Exclusivamente. Las arterias se cierran por el estímulo del frío o por el estímulo de la percusión de la pelota. Tenga en cuenta que las manos del pelotari tienen unas deformaciones denominadas patognomónicas porque son exclusivas del jugador de pelota. Suelen ser el encallecimiento de la zona articular, la desviación de la falange distal del quinto dedo y las grietas. Todo ello termina haciendo artrosis de las falanges de los dedos pero producido por el propio traumatismo de la pelota.

P. Pero la artrosis no tiene solución...

R. En el caso del pelotari sí existe. Hay frecuentes luxaciones de las falanges de los dedos que no se tratan debidamente y acaba en artrosis. En definitiva hay un conflicto pelota-mano que se ha de resolver.

P. ¿Qué es lo conflictivo?

R. Pues que existe una pelota de unos 100 gramos de peso a una velocidad de 70 kilómetros/hora a la que hay que golpear. Es una agresión muy fuerte y como médico debo tratar que sea la mínima.

P. ¿Cuál ha sido el caso más peculiar que ha curado?

R. Hace 16 meses intervine a un pelotari al que no le llegaba la sangre en toda la mano. Hubo que operarlo desde la muñeca. Afortunadamente este pelotari continúa jugando como único medio de profesión que tiene.

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