"Las ONG asumen, a su pesar, deberes del Estado"

José Antonio Sanahuja (Madrid, 1962) es un buen ejemplo de la ligazón entre las aulas y la acción. Enseña Relaciones Internacionales en la Complutense, y asesora a ONG como Cruz Roja o Intermón. Ahora da un curso (La cooperación internacional al desarrollo: actores, instrumentos y estrategias) en el III Foro Eurolatinoamericano de Juventud, que se celebra en Mollina (Málaga), y que ha reunido a 100 jóvenes deseosos de aclarar cuál es su papel en la cooperación internacional.Pregunta. ¿Qué busca este curso?

Respuesta. Se trata de meter a los estudiantes en el mundo de la cooperación internacional al desarrollo, que al principio es confuso. Tantas siglas hacen una verdadera sopa de letras. Intimida también por la distancia, porque las decisiones se toman en Bruselas o en Washington, y por la complejidad de actividades políticas que trae consigo. Queremos darles los instrumentos básicos para que conozcan este mundo, para que puedan moverse en él y tomar posiciones críticas.

P. ¿La cooperación es la solución al subdesarrollo?

R. Mucha gente lo cree, pero los problemas estructurales del subdesarrollo dependen de las relaciones comerciales, la deuda externa, las pautas de la inversión extranjera directa, el Sistema Monetario Internacional... Si no se abordan estas cuestiones, la desigualdad seguirá creciendo, por muchos proyectos de cooperación que se aprueben.

P. ¿Son, entonces, sólo paliativos, como las tiritas?

R. Decir que estos proyectos son como tiritas no es del todo falso, porque no resuelven los conflictos de fondo. Pero tienen efectos positivos: no hay que suspender la cooperación porque sea insuficiente, hay que continuarla y afrontar los problemas estructurales. Hoy muchas ONG lo saben, y no se dedican sólo a proyectos de desarrollo o de asistencia sanitaria; se han pasado a la política. Hay redes internacionales de ONG que trabajan activamente para lograr la condonación o la reducción significativa de la deuda externa. En 1997, el Fonde Monetario Iternacional (FMI) y muchos gobiernos decían sin pudor que el problema de la deuda se había acabado; pero al final, el G-7 tuvo que reconocer que seguía ahí y pedir medidas. Ya es un logro.

P. ¿No cubren las ONG parcelas que pertenecen al Estado?

R. Asumen estos deberes muy a su pesar. Saben que ayudan a limar las aristas de un proceso de desmantelamiento del Estado de un modo que no coincide con sus objetivos. Se discute mucho, pero tiene difícil solución. Las ONG no tienen la capacidad de influencia que tiene el FMI, o un gobierno fuerte, para decir a un Estado: "La educación básica es responsabilidad suya, aunque nosotros hagamos escuelas para la gente que ustedes dejan desatendida".