Túnez vota de forma masiva para reelegir a Ben Alí presidente por tercera vez

El presidente tunecino, Zine el Abidin Ben Alí, y el partido gubernamental de la Agrupación Constitucional Democrática (RCD) obtuvieron una mayoría abrumadora de votos en los comicios presidenciales y legislativos celebrados ayer en Túnez, según las estimaciones oficiales obtenidas al cierre de esta edición. La victoria de Ben Alí, de 63 años, en las primeras elecciones presidenciales pluralistas convocadas en Túnez desde que fuera proclamada su independencia en 1956, no ofrecía la menor duda después de que los otros dos candidatos, Abderrahman Tlili y Mohamed Belhaj Amor, declararan que concurrirían de manera "simbólica" con un programa calcado al que presentó el jefe del Estado tunecino.La participación a las urnas también fue masiva, ya que dos horas antes de cerrarse las puertas de los colegios se informaba oficialmente de que había acudido a votar un 87,9% del censo electoral, cifrado en 3.300.000 personas (sobre una población de cerca e 10 millones). En los anteriores comicios presidenciales, Ben Alí ganó con más de 99% de los sufragios.

Autoritarismo

Criticado por varias organizaciones no gubernamentales que le reprochan su autoritarismo, el presidente tunecino podrá esgrimir ahora la baza del apoyo masivo de sus compatriotas para defender su tesis de una democracia controlada, de la que ha sido erradicado el peligro integrista.

Túnez se precia de ser un oasis de paz y seguridad en un tormentoso mundo árabe al que acuden anualmente más de cuatro millones de turistas, la mitad de los cuales proceden de Europa Occidental, en busca de sol, playas y tranquilidad.

Otro de los argumentos que esgrime el régimen de Ben Alí para proclamar que, sin ser perfecto, su sistema es el que mejor se adapta a las condiciones específicas del país, radica en el reparto de los frutos de una estrategia económica basada en el anclaje a Occidente, el liberalismo y la privatización.

Los tunecinos admiten que, tras cuatro décadas de sistema de partido único, tienen, con raras excepciones, poco interés en la política, prefiriendo centrarse en las altas tasas de crecimiento económico obtenidas a partir del derrocamiento del presidente Habib Burguiba en 1987, al que entonces un colegio médico declaró senil. La renta anual por habitante se sitúa en unos 2.200 dólares (más de 300.000 pesetas) y figura entre las más altas del mundo árabe.