Cacerías gratis en Castilla y León

Francisco Álvarez Cascos aprovecha su mayor disponibilidad de tiempo para dedicarse a sus aficiones. Entre ellas destaca la caza. Así, suele asistir a cacerías invitado por la Junta de Castilla y León, la única comunidad que mantiene esta práctica, típica del franquismo, por expreso deseo de su presidente, Juan José Lucas.Álvarez Cascos ha cazado ciervos durante la berrea en la reserva pública de Urbión (Soria) sin someterse a sorteo ni tener que pagar las elevadas cantidades que se exigen a cualquier cazador: licencias de hasta medio millón de pesetas, más una cuota complementaria según el tamaño y la calidad de la pieza abatida.

El primer fin de semana de octubre, Cascos también fue invitado a cazar venados. Entonces erró con su rifle de mira telescópica y regresó a Madrid de vacio. El año pasado, sin embargo, logró cobrar un espléndido animal que le valió una medalla de oro.

Según las normas de la comunidad, el cazador debe pagar en estos casos un extra de, al menos 151.000 pesetas, si bien fuentes oficiales aseguran que dicha norma no estaba vigente en 1998. El vicepresidente sí ha abonado las cuotas de entrada: 40.000 pesetas en 1998 y 60.000 este año.

Las invitaciones de la Junta de Castilla y León -a Cascos, en dos ocasiones, y al infante Carlos de Borbón y Borbón, el pasado julio- constituyen un hecho excepcional. En el resto de las comunidades que gestionan reservas públicas de caza mayor (Castilla-La Mancha, Madrid, Aragón, Andalucía, Extremadura, La Rioja y Navarra) es una práctica desterrada.

Cascos declinó contestar a las preguntas de este periódico sobre este tema porque es "una actividad privada".