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Duran Lleida aspira a tener un peso decisivo en el futuro Gobierno de Pujol

Francesc Valls

Unió Democràtica (UDC), el socio democristiano de Convergència, tendrá un mayor peso político en el futuro Gobierno catalán y ocupará dos consejerías y una vicepresidencia con cartera, que podría recaer en el líder del partido, Josep Antoni Duran Lleida. Aunque el pasado miércoles Jordi Pujol se mostró partidario de configurar una mayoría nacionalista en el Parlament, ayer diversos dirigentes de CiU apostaron por repetir la experiencia de la anterior legislatura y conseguir pactos coyunturales tanto con los independentistas de Esquerra Republicana (ERC) como con el Partido Popular (PP).

Aunque Duran y Pujol no se reunirán hasta dentro de dos semanas, cuando concluyan las negociaciones con el PP y ERC para obtener los apoyos necesarios para la sesión de investidura, los dirigentes de UDC han analizado en privado el escenario político de después de las elecciones.En declaraciones a COM Ràdio, Duran Lleida aseguró ayer que "tendría cierta lógica" que desempeñara un cargo público de responsabilidad institucional en la próxima legislatura. No obstante precisó: "Si no fuese así, no sucedería absolutamente nada y continuaría con mis responsabilidades dentro del partido".

Sin embargo, el planteamiento de Unió es ocupar una de las dos vicepresidencias y presidir dos departamentos. La vicepresidencia sería para Duran y tendría carácter ejecutivo, aunque con un perfil más institucional. La otra vicepresidencia recaería en Artur Mas, actual consejero de Economía y Finanzas y número dos de la lista de CiU por Barcelona.

Los democristianos perderían, con toda seguridad, el Departamento de Enseñanza, que ahora ocupa Xavier Hernández, y mantendrían Justicia y Trabajo. Al frente de Justicia, Unió pretende mantener a la actual consejera, Núria de Gispert. El Departamento de Enseñanza pasaría a manos de Convergència, al frente del cual podría situarse Carme Laura Gil, diputada del Grupo Catalán en el Congreso. Gil ya fue directora general en Enseñanza en tiempos de Joan Guitart. Otro de los nombres que se apuntan es el de Maria Eugènia Cuenca, ex consejera de Gobernación.

Pujol anunció durante la campaña su intención de incrementar la presencia de mujeres en el futuro Ejecutivo para compensar así su ausencia en los primeros puestos de las candidaturas electorales.

La creación de dos vicepresidencias satisfaría tanto los intereses de Unió como los de Convergència, pero sobre todo a los democristianos, que situarían a Duran Lleida en el camino idóneo para suceder a Pujol. Por su parte, el sector más nacionalista de Convergència apuesta por Artur Mas para tomar las riendas del partido cuando Pujol ya no esté.

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Pactos coyunturales

Duran Lleida y el secretario general de CDC, Pere Esteve, iniciarán la próxima semana los contactos con ERC y el PP para asegurar los respaldos necesarios en la sesión de investidura de Pujol. Aunque el miércoles el propio presidente se mostraba partidario de alcanzar una mayoría nacionalista en el Parlament, ayer diversos dirigentes de la coalición, entre ellos Duran Lleida y el consejero de Presidencia, Xavier Trias, se pronunciaban a favor de repetir la estrategia de la anterior legislatura: pactos coyunturales a derecha e izquierda.

El líder de UDC consideró muy difícil constituir una coalición estable para toda la legislatura. "La manera de condicionar menos nuestro programa es intentar gobernar en solitario y buscar apoyos, hoy puede ser con unos, mañana con otros. Tenemos la experiencia de la anterior legislatura", subrayó.

En el mismo sentido se pronunció Trias, quien, además de rechazar la convocatoria de nuevas elecciones, se mostró partidario de gobernar en minoría con los apoyos externos de otras formaciones.

Unió y Convergència atraviesan una luna de miel aparente desde que se convocaron las elecciones autonómicas. Y así continuarán hasta después de las legislativas de la próxima primavera.

Los dirigentes de ambos partidos han cerrado viejas heridas y se han afanado en procurar que Jordi Pujol y la coalición nacionalista vuelvan a tomar las riendas del Gobierno catalán. No hay reivindicaciones prematuras y, como dijo ayer Duran Lleida, "todo tiene su fase y su momento". Los democristianos han aplazado hasta después de las generales su congreso de estrategia política, por lo que hasta entonces no se discutirá ni se pondrá en duda el futuro de la coalición.

Unió siempre ha trabajado el largo plazo, calculando milimétricamente cada paso que da. Por este motivo, si ahora no consigue la vicepresidencia esperará pacientemente una oportunidad más propicia. De momento ya ha conseguido que una parte de la militancia convergente vea en Duran el sucesor nato de Pujol.

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