DOS DÍAS ABANDONADO EN UN ASCENSOR

Nicholas White, responsable de diseño de la revista económica estadounidense Business Week, fue el único neoyorquino que el pasado fin de semana consiguió hacer algo diferente al resto de la población. Nicholas, de 34 años, se pasó 40 horas encerrado en el ascensor de la empresa, en un rascacielos del centro de Manhattan, acompañado de una caja de pastillas de menta y tres cigarrillos. Todo por culpa del tabaco. White salió a la calle a disfrutar de su enésimo pitillo (en las oficinas americanas está terminantemente prohibido fumar) poco antes de la medianoche del viernes. Cuando regresaba a su despacho el ascensor se detuvo entre dos pisos. Comenzaba un cautiverio de dos días en una jaula de mármol a 40 pisos de altura y sin servicio. De nada sirvió gritar, apretar compulsivamente el botón de alarma, aporrear las puertas o que hubiera una cámara de televisión. Sólo en la tarde del domingo un empleado del edificio acertó a ver la cara aburrida de White a través de un monitor. Cuando al fin fue liberado, el diseñador se negó a recibir asistencia médica. "Quiero ir a casa", dijo, y allí está desde entonces, recuperándose de la "traumática" experiencia.- ,