Matsuura no logra mayoría absoluta para dirigir la Unesco

El candidato japonés a la dirección general de la Unesco, puesto que desempeña el español Federico Mayor Zaragoza, fracasó ayer en su intento de hacerse con los 30 votos del Consejo Ejecutivo que dan la mayoría absoluta. Koichiro Matsuura, embajador de Japón en París y considerado el máximo favorito, obtuvo 20 de los 58 votos, frente a los 9 del aspirante de Arabia Saudí, Ghazi Algosaibi, y los 7 del egipcio Ismaïl Serageldin. El resultado obligará a continuar las votaciones hasta que uno de los candidatos obtenga la mayoría absoluta. En caso de que eso no se produzca en los próximos días, el Consejo Ejecutivo elegirá entre los dos candidatos más votados. La primera ronda para la elección se inició ayer, precedida por la informaciones en las que diario británico The Guardian sobre supuestos casos de nepotismo y despilfarro en la organización internacional dedicada a la Educación, la Cultura y la Ciencia. El diario afirma, citando las conclusiones de una auditoría encargada por el Gobierno canadiense, que el 40% de los nombramientos en la Unesco entre 1996 y 1997 se realizaron sin concurso previo. Según la auditoría, remitida posteriormente a la dirección de la Unesco, más de un tercio de las promociones internas del personal "no respondían a los criterios establecidos". El coste de esas promociones aparentemente injustificadas asciende, según el informe, a una cifra entre los 320 y 640 millones de pesetas.

La auditoría señala que los consejeros especiales no figuran en ningún presupuesto, y que en muchos casos su tarea parece ser descargar de responsabilidad al personal permanente. En el terreno educativo, se sostiene que no hay una evaluación sobre la pertinencia financiera de los proyectos y tampoco objetivos fijados y obligación de resultados.

Fuentes de la dirección de la Unesco asociaron ayer esas informaciones con la campaña de algunos candidatos que presentan interesadamente un panorama de despilfarro y corrupción. Por deseo expreso de Mayor Zaragoza, las acusaciones no encontraron reacción alguna en los órganos directivos de la Unesco.