¿Shakespeare y Kubrick, machistas?
Quisiera contestar, por alusiones, a la lectora Beatriz Gimeno Reinoso, que en su carta del 11 de octubre afirma que Eyes wide shut es una película "furiosamente misógina".En primer lugar, Eyes wide shut repasa, durante la noche loca de Cruise, todas las formas posibles de amor: el conyugal (en la conversación con su esposa, previa a la llamada), el platónico (durante el velatorio), el prostituido, el homosexual (el club sonata es gay, salta a la vista; además, en la típica simetría kubrickiana, Cruise tiene un encontronazo con una panda de jóvenes homófobos, unos instantes antes), el pedófilo (en la tienda de disfraces) y el necrófilo (en el tanato-
rio; unos instantes antes se ve un gigantesco letrero luminoso en rojo: Restaurante Verona, es decir, Romeo y Julieta). Sólo que ahora la situación cambia: Julieta muere y Romeo sale indemne.Pues bien, en todas las situaciones la mujer es la víctima, como comprueba Cruise en el día y la noche siguiente: su esposa no puede tener deseos sexuales, él sí; la mujer del velatorio ya está vigilada por su novio; la prostituta ha contraído el sida; la camarera del bar cercano al club sonata siente un deseo irrealizable hacia el pianista; la niña es prostituida por el padre, y, por último, en la portada del periódico donde se anuncia la muerte de Julieta se compara la muerte de una prostituta con el drama vivido por el pueblo kosovar. Lo único que falta es la cita bíblica: las prostitutas os precederán en el Reino de los Cielos.
Así pues, no hay misoginia en Eyes wide shut ni en Romeo y Julieta, sino una reflexión pesimista shakespeariana sobre el sexo y la muerte. Con esta lógica, y observando los ojos de los dos cadáveres que aparecen en la película, el enigmático título de esta gran película podría traducirse como ojos ante la muerte, es decir, ojos cerrados (eyes shut) en el sentido físico, pero a la vez abiertos de par en par (wide open) en el sentido espiritual, ante la perspectiva de un hipotético más allá después de la muerte.- . .
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