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Vizcaya disolverá la sociedad de la Intermodal, que ha costado 2.000 millones en seis años La Diputación dice que ha concluido su labor para un proyecto sin plazos de ejecución

La Diputación de Vizcaya ha decidido disolver la sociedad que gestiona el proyecto de la estación Intermodal en Bilbao, que pretende unificar en un solo recinto todos los transportes públicos de la ciudad. La disolución de Gesprosa, que funcionaba desde 1993 y ha tenido desde entonces un coste superior a los 2.000 millones de pesetas, se debe según la Diputación a la conclusión de su trabajo, puesto que el proyecto de la obra se presentó hace cuatro años. Ahora el consejo de gobierno foral debe elegir el organismo encargado de llevar adelante la Intermodal.

Gesprosa quedó finiquitada el pasado jueves, cuando el Gobierno vasco y la Diputación de Vizcaya -participantes a partes iguales de la sociedad- acordaron que deje de funcionar. El Departamento de Transportes del Ejecutivo autónomo, en manos del PNV, había enviado una carta en la Diputación en la que anunciaba su retirada de Gesprosa. En la misiva, según comentaron fuentes forales, se argumentaba que la finalidad para la que se creó la sociedad -la elaboración del proyecto de la Intermodal- ya se había cubierto y no tenía sentido continuar con esta oficina.La disolución debe formalizarse ahora en un consejo de gobierno de la Diputación vizcaína, que deberá decidir también qué organismo se hace cargo de las gestiones de la Intermodal. Las fuentes consultadas señalaron que podrían corresponder al departamento de Transportes o también ser asumidas por la sociedad Bilbao Ría 2000, al tratarse de un proyecto de gran dimensión en el que están implicadas varias instituciones.

Gesprosa ha tenido, desde su constitución en 1993, un coste superior a los 2.000 millones, de ellos 1.200 procedentes del proyecto elaborado por el arquitecto británico Michael Wilford y otros 800 por los gastos de funcionamiento de la sociedad. Para este año tenía consignada una partida presupuestaria de 133 millones. La sociedad dispone de cinco trabajadores: el director, un arquitecto, un técnico de contabilidad, un administrativo y una secretaria.

El director es José Miguel Abarrategi, un destacado militante socialista que ha ocupado el cargo desde el principio. Durante todos estos años, la sociedad estaba adscrita al Departamento foral de Transportes, dirigido por el socialista Martín Martínez, actual secretario de Organización del PSE-EE y vicesecretario segundo de las Juntas Generales de Vizcaya, que ha sido el principal valedor de este proyecto.

La disolución coincide además con el traspaso este verano de la cartera de Transportes, que desde 1987 estuvo en manos socialistas, al PNV, que la ha unido a Obras Públicas.

El alto coste de la oficina de la Intermodal ha sido cuestionado repetidamente por los partidos de la oposición durante los últimos años, quienes sostenían la dudosa conveniencia de mantenerla cuando la construcción de la estación Intermodal estaba en el aire.

La ejecución de las obras estaba previsto iniciarlas, en un principio, para 1993. El proyecto elaborado por Michael Wilford está presentado hace ya cuatro años y la Diputación tiene elaborado desde 1996 un plan de viabilidad para hacer frente a los 40.000 millones de presupuesto calculado. La financiación recaería en gran parte sobre inversores privados, que asumirían 25.000 millones. La contrapartida del plan establecía que los más de 310.000 metros cuadrados de superficie del recinto acogerían viviendas, oficinas y locales comerciales.

El gran problema

El gran problema de este proyecto ha sido la financiación y la reticencia de Renfe, cuya aprobación es clave puesto que la ubicación elegida es la actual estación central de Abando. Durante los dos últimos años las posturas se han acercado tras varias reuniones entre la Diputación y el Ministerio de Fomento, del que depende Renfe. Las soluciones planteadas pasan por reformar una vez más el proyecto de Wilford de manera más acorde a los intereses de la compañía ferroviaria pero los distintos plazos para impulsar la obra se han incumplido sistemáticamente.

El último anuncio lo realizó el actual diputado general Josu Bergara, quien, en una de las últimas visitas de Wilford a Bilbao, hace un año, le transmitió su esperanza en iniciar las obras en 1999. El anterior diputado de Transportes reconoció ante las Juntas Generales que, en el mejor de los casos, la Intermodal no estará en funcionamiento antes del año 2007.

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