Urzaiz engaña al Valencia
Ambos equipos se repartieron los tiempos con desigual fortuna
Andaba Luis Fernández reclamando la valía futbolística del Athletic, y para ello apelando a la somnolencia que le producen el resto de los equipos del campeonato, cuando encontró al Valencia y su argumento adquirió una dosis de razonamiento empírico. El equipo de Héctor Cúper daba la réplica cuaternaria del fútbol a un Athletic que intentaba combinar las alternativas que este juego propone, aunque con resultados diversos. Por una vez mandaba el Athletic en el control de la pelota, en el raciocinio del juego, en la búsqueda de caminos ante un equipo muy menor, un tanto timorato y disperso.El partido tenía el aspecto de los forcejeos de personalidad, con un matiz fundamental: se libró habitualmente en el campo del Valencia, es decir allí donde el conjunto bilbaíno enseña los dientes de la voluntad y la inspiración con sus futbolistas más preclaros. Pellegrino le hizo un marcaje casi perfecto a Urzaiz en el juego aéreo, pero el navarro se inventó un gol de delantero habilidoso, técnico y avispado que no tiene antídoto en ningún manual de conductas defensivas.
ATHLETIC 1
VALENCIA 0Athletic: I. Etxeberria; Lacruz, Alkorta, Ferreira, Felipe; José Mari, Alkiza (Larrazabal, m. 75); J. Etxeberria, Guerrero (Carlos García, m. 819, Ezquerro (Javi González, m. 65); y Urzaiz. Valencia: Palop; Angloma (Mendieta, m. 45), Pellegrino, Bjorklund, Carboni; Farinós, Gèrard (Óscar, m. 60), Albelda, Angulo (Kily González, m. 69); Claudio López e Illie. Goles: 1-0. M. 19. Urzaiz se revuelve en el área y bate a Palop junto al poste, de tiro raso,desde el suelo y a la media vuelta. Árbitro: Rodríguez Santiago. Amonestó a Pellegrino, José Mari y Felipe. Unos 30.000 espectadores en San Mamés.
Remate, en verdad, había poco, imprecisiones bastantes, forcejeo en abundancia, entre dos equipos que convierten el centro del campo en un apeadero en el que se para a deshoras. El Valencia es todavía un híbrido de Cúper y Ranieri, y el Athletic una mezcla de personalidad y despiste. Por eso sufren futbolistas como Guerrero (ayer sometido al marcaje abrasivo de Albelda), Farinós, Gèrard, o los que purgaban no se sabe qué en el banquillo (Urrutia o Mendieta).
El reparto del juego fue tan equitativo como parco en ocasiones. El Valencia entregó el primero y el Athletic lo agarró por el cuello al amparo de sus individualidades. Etxeberria, Ezquerro y Urzaiz, dirigidos por Alkiza, desarmaron a la defensa valencianista con la leve renta de un gol. El Athletic entregó el segundo tiempo, fiel a su incapacidad para resguardarse. El pelotazo del Valencia se hizo más corto y preciso, y San Mamés tuvo constancia de la presencia de Illie y el Piojo López, que asomaron al gol.
Un duelo humilde, con algunos protagonistas de lujo, resuelto por Urzaiz, un futbolista que reivindica un estatus más ilustre que el del viejo cabeceador. Un asunto personal en una disputa enérgica y plana.
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