Taberna revolucionaria

Hacía un montón de tiempo que estos británicos no se dejaban caer por la capital de España para ofrecer su versión peleona del cruce entre raíces musicales varias del Reino Unido y el rock. El pretexto para la visita era la edición de su séptimo álbum, Here I stand, en el que continúan remachando el clavo del descontento social con perspectiva de izquierdas, pero sin agobiar con panfletos.Sucede ahora que el grupo está enfadado con "Tony Blair, que es como Margaret Thatcher", según dijo en tono socarrón el cantante John Jones. Pero el espíritu combativo de sus canciones sigue inerme sin pérdida de interés musical por parte de unas composiciones a las que sólo se les puede achacar cierta monotonía rítmica que, en determinadas fases del recital, transforma temas pop con aire de marcha de protesta de obreros galeses, escoceses o ingleses en cancioncillas de boy scouts desfilando por el bosque.

Hay que destacar la fidelidad del grupo de público que se acercó a verles y a disfrutar de canciones como This is the voice, primer single de su nuevo álbum, Be my luck o el tema de los vallisoletanos Celtas Cortos 20 de Abril, que constituyó, sin lugar a dudas, el momento álgido de esta noche con sabor a taberna revolucionaria británica.