_
_
_
_

" Josep Benet revela las claves del fusilamiento de Carles Rahola

Un simulacro de proceso sin garantías de defensa y sustentado por acusaciones falsas acabó llevando al escritor Carles Rahola ante el pelotón de fusilamiento en Girona en 1939. El libro Carles Rahola, afusellat (Empúries), escrito por el veterano historiador Josep Benet, reconstruye el camino que desembocó en la "mostruosa sentencia", aporta nuevas revelaciones a partir de los archivos oficiales del franquismo y disipa ciertos rumores alimentados por una ciudad que quedó conmocionada ante la implacable ejecución.

Carles Rahola emprendió el camino del exilio a regañadientes, apesadumbrado por la incapacidad de asimilar que la temible represión franquista pudiera llegar a alcanzarle. Era un hombre de talante moderado, católico, respetado en todos los ámbitos y sin enemigos. La dificultad para obtener el visado en la frontera francesa le dio argumentos para regresar a la Girona recién ocupada por los ejércitos de Franco, inconsciente de que se metía en la boca del lobo. El trabajo de Benet desmiente que muchos gerundenses declararan contra Rahola, aunque sí certifica que un buen número de ellos buscaron excusas diversas para evitar comparecer ante el tribunal. El historiador niega también un rumor según el cual algún personaje gerundense había interceptado el indulto de Franco. Esta versión, a juicio de Benet, intentaba exonerar al general de lo que constituía "un crimen" a los ojos de la mayoría. Lo cierto es que Franco, como le era habitual, escribió con un lápiz rojo en la sentencia, la E de sus tristemente famosos "enterado".

Benet revela que, frente a la mayoría de declaraciones exculpatorias, sólo un vecino de Girona, el catedrático de la escuela Normal Manuel Xiberta acusó con malicia a Rahola. Xiberta lo calificó de "destacado separatista", mantuvo que se relacionaba "con todos los indeseables que pululaban por Gerona" y le dio la puntilla asegurando que era "un elemento indeseable para la nueva España". Benet, que demuestra la falsedad de estas acusaciones, muy graves en el contexto de la época, define al ensayista y funcionario de la Diputación de Girona como "un hombre bueno, pacífico, demócrata, liberal y catalanista". Un par de escritos publicados en el periódico L"Autonomista, dirigido por su hermano, y un comentario de actualidad insertado en su libro Estudios napoleónicos sirvieron como base de los informes policiales que acarrearon su condena. La actitud de Xiberta contrasta con la del presidente del tribunal que le juzgó, el teniente coronel Fernando Casas, que formuló un voto particular contra la sentencia, hecho absolutamente inusual en unos tiempos en que eran contados quienes osaban poner el más mínimo obstáculo ante la maquinaria represiva franquista. En este texto, publicado en el libro por vez primera, el militar destaca que durante la guerra Rahola "ayudó a personas de orden, salvando la vida a alguna de ellas". Para el fiscal del caso, la ayuda prestada a personas de derechas y a curas sólo demostraba que, como "rojo-separatista", tenía una gran influencia y eso le hacía merecedor de mayor castigo.

Carles Rahola escribió sus últimos pensamientos de manera clandestina en la sórdida nevera, la cárcel en argot carcelario de la época, angustiado ante la inminencia de la aplicación de su pena de muerte, a la que llamaban "la cantimplora". Se le ejecutó a las cinco de la madrugada del 15 de marzo de 1939 frente a la tapia del cementerio de Girona. Benet explica que la ejecución se hizo dos horas antes de lo que era habitual, "con nocturnidad, como si sus ejecutores se avergonzaran del crimen".

El libro de Benet, que se presentará el 27 de octubre en el Ayuntamiento de Girona, constituye una aportación fundamental para entender y analizar la represión llevada a cabo por los tribunales militares a través de los llamados "procedimientos sumarísimos de urgencia". El caso de Rahola demuestra, según Benet, que el objetivo del régimen franquista, lejos de fomentar el restablecimiento de la convivencia, era "atemorizar a la población adversa y profundizar en la división de la sociedad entre vencedores y vencidos".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_