Gore consigue el apoyo de los sindicatos para su candidatura presidencial
Al Gore consiguió anoche un poderoso impulso a su hasta ahora alicaída campaña presidencial al conseguir el apoyo de la poderosa central sindical estadounidense AFL-CIO, que cuenta con 13 millones de afiliados.
La AFL-CIO puede aportar a las arcas de la campaña electoral de Gore un mínimo de 40 millones de dólares (unos 6.400 millones de pesetas). El apoyo sindical a la candidatura de Gore a la presidencia no fue unánime. Dos poderosas organizaciones, la de los transportistas y la de los trabajadores del sector automovilístico, se pronunciaron a favor de aceptar el llamamiento de Bill Bradley y retrasar la decisión. Bradley, ex jugador de baloncesto y ex senador, es hasta ahora el único demócrata que le disputa oficialmente al vicepresidente Gore la candidatura de su partido a la Casa Blanca.
Gore, que estuvo presente en la convención sindical de Los Angeles, donde se decidió apadrinar sus aspiraciones presidenciales, contó con el apoyo de Bill Clinton, que desde la distancia recordó a los sindicatos todo lo que ha hecho por ellos su Gobierno en los últimos siete años.
El vicepresidente fue activamente impulsado por las organizaciones de profesores, bomberos y empleados públicos. Conseguido oficialmente el apoyo, el vicepresidente compareció en la sala de la asamblea mientras sonaba música de salsa. Aceptó el patrocinio y recordó que durante los siete años de presidencia de Clinton no ha habido la menor recesión económica que haya hecho sufrir a los trabajadores.
El nivel de desempleo, dijo, es ahora el más bajo en las tres últimas décadas de historia norteamericana. Gore necesitaba desesperadamente la buena noticia del apoyo de la AFL-CIO. Las encuestas revelan que Bradley, dado hace un par de meses por seguro perdedor, iguala o aventaja al vicepresidente en varios Estados decisivos para la batalla por la Casa Blanca.
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