La Biblioteca Pública
Me gusta todo lo que encierra y rodea la nueva Biblioteca Pública de Sevilla, toda entera ella, con el ladrillo rojo y las grandes franjas grises, con el diseño horizontal y el sentido de estabilidad que ello produce, tan beneficioso para la lectura, con los pequeños jardines, los estores metálicos, la luz alrededor del patio, el propio patio, la corrección, la elegancia, la ausencia de alarde, tan natural y fácil que parece de puro estupendo que es el edificio. Y además, biblioteca. Un espacio de silencio para poder aplicarte a la felicidad de la lectura, a las sorpresas, angustias y agrados, a las mil circunstancias y menudencias de un libro, el instrumento más prodigioso del hombre, según Borges: pues si otros, como el microscopio o el arado, son extensiones de la vista o el brazo, el libro lo es de la memoria y de la imaginación.Los placeres del espíritu tienen la ventaja de que procuran una satisfacción interior y personal, sin necesidad de rivalidad, ni aplauso, ni apoyo ajeno. Una experiencia privada que se disfruta desde el más íntimo sentido de sí mismo, que se dice pronto. Con un poco de esfuerzo, dependiendo de la constancia y el tiempo, se puede llegar a conseguir pensar, sentir, dudar, analizar y poner todo eso en palabras. ¿Se puede pedir más?
Lo que ocurre es que el tiempo escasea, que se consigue el éxito sin necesidad de muchos conocimientos y que la imagen, cuando no es obra de arte, puede ser práctica -para condicionar la conducta, por ejemplo- y producto del olvido y la pereza. Así es que, aunque se sepa igual o más que antes, por el camino de la imagen nos vamos dejando ideas, palabras y nombres de cosas que no podremos volver a disfrutar; vamos perdiendo autonomía y recursos para poder reconocer y definir lo que ocurre, lo que deseamos, los sueños y la realidad. Algún intelectual dijo que el problema del subdesarrollo intelectual no es la falta de información sino la falta de entendimiento.
Por eso es tan importante la lectura. Por eso quiero creer que una biblioteca tan buena y bonita es el reflejo de la intención de fomentar el hábito a la lectura.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.