Escuela pública
En puertas de las elecciones catalanas, y ahora que la mejora de la educación es un lema utilizado continuamente por los políticos para ganar votos, quiero hacer pública la injusta situación en que se encuentran los profesores de la escuela pública. Tras aprobar unas oposiciones, no consiguen una plaza definitiva durante años (5, 10, 12, 15..., según la especialidad y la suerte), de manera que son enviados cada curso a escuelas diferentes, muchas veces lejanas de su hogar y su familia, siendo hecha la asignación de plazas de modo totalmente aleatorio e irracional, obviando cualquier criterio pedagógico. Lógicamente, esta situación genera en los profesionales de la enseñanza una angustiosa sensación de inestabilidad, que, sin embargo, deben superar para enfrentarse con energía e ilusión a sus cada año cambiantes alumnos y centros. A estas duras condiciones laborales hay que añadir el trato irrespetuoso y humillante que reciben de algunos miembros de la sección de Personal del Departament d"Ensenyament, concretamente en "Barcelona-Ciutat y Comarques", donde se obstaculiza cualquier queja o reclamación realizada por profesores (no importa si son funcionarios, interinos o sustitutos). En estas condiciones es muy difícil que la enseñanza pública catalana alcance la calidad que merecen los ciudadanos.- .