Expertos de la UE revisan el estado de Doñana tras el vertido tóxico

Una misión del Consejo de Europa inició ayer una visita de tres días a Doñana para verificar sobre el terreno el estado de la fauna y flora del parque nacional y dictaminar así sobre la renovación del diploma de gestión que concede el Consejo (que reúne a los jefes de Estado o presidentes de Gobierno de los quince países miembros de la UE) y recompensa las excepcionales condiciones naturales de parajes protegidos europeos. Los expertos de la UE (encabezados por Eladio Fernández Galiano), suspendieron su evaluación hasta conocer las consecuencias sobre el parque nacional del vertido tóxico en el valle del Guadiamar, provocado por la rotura de una balsa minera en Aznalcóllar, el 25 de abril de 1998. La misión comunitaria se entrevistó ayer con la comisión de coordinación de Junta de Andalucía y Gobierno central que ha dirigido las tareas de limpieza tras el vertido, que llevó cerca de dos millones de metros cúbicos de lodo tóxico al entorno de Doñana.

"Les hemos entregado una documentación bastante amplia sobre las actuaciones tras el vertido", indicó el coordinador de la Junta, José Antonio Viera, tras la entrevista. Viera aseguró que los componentes de la misión comunitaria se interesaron "en el futuro del desarrollo económico de la zona" y en las medidas acometidas para garantizar la depuración de las aguas residuales que vierten los pueblos de la vega del río Guadiamar. El representante del Gobierno andaluz aseguró que, una vez que Boliden (la propietaria de la mina siniestrada) ha puesto los recursos necesarios, la limpieza final del lecho y las zonas más próximas a la mina estará concluida en noviembre.

La delegación de la UE mantuvo también un encuentro con representantes de WWW Adena, SEO, Greenpeace y Ecologistas en Acción, que mostraron su oposición a la renovación del diploma internacional al parque nacional. Los ecologistas mantienen que, aunque la limpieza del vertido ha sido correcta, la reanudación de la actividad minera amenaza la biodiversidad de Doñana, en donde, sostienen, aún no se ha solucionado la tradicional falta de agua.