ROSA REGÁS ESCRITORA "Confundir la patria con el líder es lo peor para un país"

La escritora Rosa Regás rescató retazos de la memoria para reconstruir la historia de una familia que vive con toda brutalidad el autoritarismo de la posguerra española en Cataluña. En su tercera novela, Luna lunera (Plaza&Janés) cuatro niños hablan de los terribles recuerdos de una infancia privada de afecto, por el pecado de ser hijos de los que perdieron la guerra civil. Barcelonesa afincada en Madrid, cree que la herencia de aquellos años sigue viva. Pregunta. Usted deja muy mal parada en la novela a la burguesía catalana que después de apoyar el franquismo volvió a posturas catalanistas.

Respuesta. Es un papel de una parte de la burguesía que se pasó al fascismo y que luego se redimieron con la vuelta al nacionalismo. En esto jugó un papel muy importante la Iglesia católica; se pasó al fascismo, si es que no estaba ya, y de la mano de ella se pasó al nacionalismo más exacerbado. Cuando se dieron cuenta de lo que habían hecho, incapaces de reconocer que se habían equivocado, se pasaron a un nacionalismo religioso, que es el que impera ahora mismo en Cataluña.

P.¿Puede cambiar la situación?

R. En los últimos años se ha identificado la patria con el líder y esto es lo peor, absolutamente, que le puede pasar a un país. A quienes luchan contra una persona les hacen culpables de luchar contra la patria. El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, se ha identificado a sí mismo con Cataluña.

P. ¿Correría el mismo riesgo Pasqual Maragall?

R. No, no creo. Maragall es una persona muy conocida, pero no se identifica con la patria. Preconiza una cosa que hace mucha falta: el debate en el interior del país. Incluida la patria, la religión, el urbanismo, todo.

P. ¿Qué hay de la trilogía que prepara a partir de Luna lunera?

R. Hay dos, tres o cuatro libros de esta época dentro de mi memoria, pero no he dicho que fuera una trilogía. No sé que voy a hacer.

P. ¿Por qué se siguen presentando obras vinculadas con las huellas de la guerra?

R. Yo creo que se ha hecho poco. Se han escritos muchos libros de investigación sobre la guerra civil española, pero no en narrativa o cine. ¡Si hubiera estado en manos de los americanos, no quiero saber que habrían hecho! Fíjate la cantidad de cosas que han hecho sobre el Vietnam o el oeste americano. Son épocas en las pasiones están a flor de piel y se crea un espacio mítico en el que uno puede inspirarse. Está bien, porque cada novela aporta su pequeña parte a la elaboración de la verdadera historia. A través del conocimiento poético nos hace recuperar la memoria. Un pueblo sin memoría es inexistente, está perdido.

P. ¿Seguirá tirando de su memoria para nuevas obras?

R. Sí, pero nos juega malas pasadas. Es una compañera muy rara.