Los populares estudian aplazar sus congresos provinciales por las elecciones

La dirección nacional del PP está estudiando la posibilidad de aplazar la celebración de los congresos provinciales del partido, previstos para diciembre, hasta después de las próximas elecciones generales.Lo ocurrido en los polémicos cónclaves de Extremadura, Canarias y Baleares, así como también, aunque en otra medida, en Castilla-La Mancha y Galicia, donde el interés se ha centrado en asuntos internos conflictivos y poco en las propuestas de gobierno, aconseja definitivamente esa opción, según han corroborado distintas fuentes de la cúpula del PP.

El balance de los congresos regionales ya celebrados -faltan todavía los de Madrid, Asturias y Castilla y León- es contradictorio. En algunas comunidades, fundamentalmente en las que el PP cosechó los mejores resultados en las pasadas elecciones del 13 de junio, el refrendo de la candidatura única y oficial ha sido tan abrumador que se ha bautizado con una nueva terminología oficiosa: "Un apoyo a la cubana, porque es aún mayor que a la búlgara".

El efecto del 13-J

Así ocurrió en la Comunidad Valenciana, donde Eduardo Zaplana obtuvo el récord de votos de los compromisarios, con más del 98%. Y no fue muy inferior el porcentaje que lograron en Cantabria, Gonzalo Piñeiro; en Murcia, Ramón Luis Valcárcel; en La Rioja, Pedro Sanz; en Galicia, Manuel Fraga; en el País Vasco, Carlos Iturgaiz; e incluso, y para sorpresa de la cúpula del PP, en Aragón, Santiago Lanzuela, quien perdió la presidencia del Gobierno autonómico tras las elecciones.En las comunidades donde el PP obtuvo sus peores notas en las urnas ha intentado poner orden ahora con diversa fortuna. Así se constató en Extremadura, donde Juan Ignacio Barrero repitió con el 67% de los compromisarios, pese al voto de castigo propinado incluso por algunos de sus propios avalistas. En Baleares, Jaume Matas, tras ser desalojado del Gobierno autonómico, ha concitado al final el respaldo del 80% de los delegados en su competencia con Juan Forcades, al que se clasifica como amigo de Gabriel Cañellas y procedente de AP. En Castilla-La Mancha, Agustín Conde salió reelegido mayoritariamente tras marginar a la mayoría de los dirigentes históricos del partido y a los antiguos barones provinciales.