El difícil equilibrio financiero de la Generalitat
La deuda de la Generalitat de Cataluña se ha convertido en el verdadero talón de Aquiles de la gestión de Jordi Pujol. Para la oposición, el elevado volumen de deuda acumulada en los últimos años refleja el estilo de gestión del actual presidente. Para los nacionalistas, sin embargo, la necesidad de pedir dinero prestado a bancos y particulares para el funcionamiento de la administración es la prueba de que Cataluña ha estado mal financiada. En este debate, la exhibición por parte de Pujol de los "dividendos" obtenidos en sus negociaciones con el Gobierno central ha añadido confusión al problema. "Los recursos son escasos y las necesidades, ilimitadas".A los economistas les gusta usar esta frase para remachar que existe una propensión a gastar más de lo que se ingresa. En el sector público, con déficit crónicos, es donde más se ha hecho verdad este viejo aforismo económico, que aplicado a la administración catalana, produce un agrio enfrentamiento entre el Gobierno y la oposición sobre el endeudamiento de la Generalitat de Cataluña.
La Generalitat de Cataluña fue reestablecida en 1977. En 22 años ha asumido competencias que antes eran del Estado. Para ejercerlas se ha dotado de ingresos tributarios y de fondos transferidos desde el Estado. Pero la Generalitat ha ido gastando más de lo que ingresaba, acumulando primero déficits y luego deudas. Hoy, la deuda financiera, sin contar los organismos comerciales y empresas suma 1,4 billones de pesetas y más de 2 billones si se suman todos los organismos, una cantidad importante, ya que iguala su presupuesto anual.
Discursos opuestos
La oposición suele criticar a Jordi Pujol -que lleva casi 20 años presidiendo la Generalitat-con este argumento: "Eres un mal gestor porque estás gastando más de lo que ingresas e hipotecas el futuro". El presidente suele replicar en términos de agravio: "La Generalitat está mal financiada, faltan recursos y hemos tenido que recurrir al endeudamiento para poder prestar unos buenos servicios sanitarios o educativos".El Gobierno catalán barre para casa y siempre utiliza la cifra de 1,4 billones para referirse al endeudamiento porque dice que es la que cuenta a efectos de cumplir con los requisitos de déficit que establece el Tratato de Maastricht. La oposición, en cambio, insiste en que sobrepasa los 2 billones e incluye los organismos comerciales y las empresas públicas, que también forman parte de la Generalitat.
Pero muchas veces las cifras dicen poco y lo mejor es compararlas para sacar conclusiones. La deuda de la Generalitat no es mayor que la de la Administración central si se comparan sus respectivos presupuestos, pero sí que la el resto de las comunidades autónomas. En relación con su presupuestos, los 2 billones de deuda igualan su presupuesto. anual.
La deuda de la Administración central es proporcionalmente mayor. Ronda los 60 billones de pesetas, es decir, que representa un 40% más que su Presupuesto anual. En cambio, Cataluña está en cabeza por endeudamiento en relación las otras comunidades autónomas. El Banco de España estimó en 1997, con el presupuesto ya liquidado, que la deuda de la Generalitat era la mayor de las comunidades. Ascendía a mediados de ese año a 1,321 billones, muy por encima de la de Andalucia, que la supera en población y territorio aunque tiene menor renta, y que con similares competencias acumulaba un endeudamiento de 913.000 millones. Mayor crecimiento
Más llamativo es que Cataluña ocupe el segundo lugar después de Navarra en deuda por habitante. La comunidad foral, con una población ligeramente superior al medio millón de personas, tiene 250.000 pesetas de deuda per cápita. Cataluña, con algo mas de seis millones de habitantes, tiene una deuda per cápita de 220.000 pesetas, según datos del Banco de España correspondientes a 1997. Otras comunidades como Andalucía, Galicia y la Comunidad Valenciana, con un nivel similar de competencias que Cataluña, tienen unas deudas por habitante más bastante bajas: entre las 120.000 y 140.000 pesetas, según el citado informe.
La deuda de la Generalitat catalana no sólo es más alta que la de las otras comunidades, sino que ha crecido muy rápidamente. Según el Banco de España, sólo entre junio de 1996 y junio de 1997 el endeudamiento de la Generalitat creció en 300.000 millones de pesetas, un 30%, el mayor incremento junto con la Comunidad Valenciana. Y el endeudamiento no desciende porque se siguen generando déficit cada año, aunque cada vez menores. El déficit alcanzó un nivel máximo en 1993 al llegar a 172.000 millones de pesetas, y ha ido bajando hasta los 18.000 millones el año pasado.
El objetivo de la Generalitat es equilibrar su presupuesto y eliminar el déficit en el 2001, siguiendo una tendencia mundial que se inició hace dos años en Estados Unidos -que ya tiene superávit en el presupuesto- y que en Europa ha fijado el Tratado de Maastricht al apretar las tuercas a los Gobiernos centrales, regionales y corporaciones locales para que reduzcan sus déficit.
Más dinero
Para defenderse de las críticas sobre el endeudamiento, la Generalitat ha argumentado durante años que los recursos que recibía del Estado estaban en torno a un 20% por debajo de los de comunidades del mismo techo competencial, como Andalucia o la Comunidad Valenciana. Dos consejeros de Economía de Pujol -Josep Maria Cullell y Macià Alavedra- lograron mejoras importantes de financiación. Este último, por ejemplo, pactó hace tres años una mejora anual y perpetua de de 32.000 millones para financiar transferencias de prisiones y obras hidráulicas. La Generalitat también ha obtenido el 30% del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas generado en Cataluña, aunque en este caso con casi ningún resultado para sus arcas, ya que se trata de un impuesto que va a menos debido a la reducción de tarifas aplicada por el Gobierno desde este año.. Con estas y otras mejoras las diferencias se han eliminado, ya que la financiación per cápita -excluidas Navarra y el Pais Vasco- se ha igualado con el resto de comunidades de igual nivel de competencias.Por eso, la oposición ataca la gestión de Pujol. Si éste habla siempre de ingresos escasos, la oposición le replica diciéndole que es un mal gestor y que la administración catalana es más cara que otras con iguales competencias. El PSC realizó el pasado mes de noviembre un informe que arrojaba como resultado que los gastos de personal y otros gastos de funcionamiento administrativo de la Generalitat suponian un exceso de 100.000 millones sobre las otras comunidades con iguales competencias.
Ahora Pujol ha dado un nuevo paso al proponer un pacto fiscal con el Estado a partir del año 2001 para que Cataluña disponga de más recursos. Su propuesta ha irritado a la oposición, que la tacha de excusa para tratar de arreglar de un plumazo lo que considera una mala gestión. El objetivo declarado por Pujol es recaudar todos los impuestos y retornar luego una parte al Estado, como hacen Navarra y el País Vasco, cuyos regímenes especiales están reconocidos por la Constitución. Pujol quiere ingresar el 60% del IRPF, el 50% del IVA y del impuesto de sociedades y el 100% del resto de impuestos. La Generalitat ya tiene cedido el 30% del IRPF y la recaudación de varios impuestos.
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