Los empresarios valencianos presionan para que se elija el trazado más directo

Los empresarios valencianos, que desde el principio han defendido la idea de un AVE Madrid-Valencia, no dejaron escapar ayer la oportunidad de poner algo de presión al Ministerio de Fomento, en el momento crucial de la decisión en torno al trazado, y salió en defensa de sus tesis a favor de la conexión más directa posible entre las dos capitales. Así, el presidente de la Fundación Pro-AVE, Federico Félix, destacó que los intereses de la Comunidad Valenciana "deben ser los primeros" en la negociación para determinar el trazado. "Porque somos los que más hemos luchado", precisó el empresario.Pese a considerar "lógico" que "todos quieran decidir" en esta cuestión, Félix insistió en que se cumplan sus condiciones. Éstas, recordó, pasan por un proyecto que contribuya a la "vertebración de la Comunidad Valenciana", que el tiempo de recorrido "no supere las dos horas" y que la línea del AVE esté terminada "antes del 2003". El presidente de Pro-AVE destacó que la autoridad con la que los empresarios valencianos defienden estos puntos es la de haber sido "los pioneros en hablar de este tema cuando nadie creía en el proyecto", que, aseguró, "hoy ya es una realidad". La iniciativa de los empresarios valencianos -que incluso se han mostrado dispuestos a participar en la financiación del proyecto- fue seguida muy pronto por los de Albacete, donde también se constituyó una fundación al efecto, y, más recientemente, por los de Castilla-La Mancha. Las cámaras de comercio de esta última comunidad mostraron la semana pasada, tras una reunión con el presidente castellano-manchego, el socialista José Bono, su apoyo a un proyecto de AVE que "pare y pase" por Guadalajara, Cuenca y Albacete. El colectivo empresarial de Castellón también ha salido en defensa de los intereses de esa ciudad, aunque su presidente, José Roca, reconoció ayer que "no se puede exigir" sobre el trazado. Federico Félix sí que exige: "A nosotros no nos importa por dónde venga el tren, pero debe cumplir esas condiciones, y no todos los trazados las cumplen".

Las alternativas que se han planteado son tres. La sur, que defiende Fomento, utiliza parte de la infraestructura actual y es más barata, pero deja fuera a Cuenca y penaliza en tiempo el trayecto hasta Valencia -que queda a 470 kilómetros de Madrid- y Castellón. La norte, que sí pasa por Cuenca, es la más corta, pero también la más cara, y permite viajar hasta Valencia -350 kilómetros- en una hora y 25 minutos sin penalizar a Alicante y Albacete. Finalmente, la alternativa centro, que discurre más meridional, casi paralela a la autovía A-3, también excluye a Cuenca y deja el recorrido Madrid-Valencia en 370 kilómetros.