Recuperar maestros
Dice el refrán que "cada maestrillo tiene su librillo". Y, a buen seguro, Enric Soler i Godes consideraba que los de su época, si es que los había, eran más que mejorables. Así inició una serie de trabajos en el colegio de la localidad castellonense de Sant Joan de Moró, donde comenzó a aplicar la técnica Freinet, una de las metodologías educativas más innovadoras de la Europa de mediados de siglo. Con una pequeña imprenta, Soler i Godes inició el lanzamiento de una publicación mensual, bilingüe, redactada e impresa por sus alumnos, bajo el título de Sembra. Por aquel entonces, este intelectual ya había participado en la elaboración de Les Normes del 32 y comenzaba a marcar un camino que estudiosos e investigadores siguen en este fin de siglo. Una buena parte del legado de Enric Soler i Godes estuvo en manos del Moviment Cooperatiu de L"Escola popular del País Valencià hasta finales de 1997, cuando se cedió a la Universidad Jaume I (UJI) de Castellón. Alrededor de un año más tarde, la Universidad, el Ayuntamiento de Castellón, la Diputación y la familia del pedagogo firmaban un convenio para que el centro universitario quedara como encargado de salvaguardar el legado documental del maestro con el fin de constituir una fundación con su nombre. La fundación-cátedra Enric Soler i Godes ya es una realidad y ocupa un espacio físico en las instalaciones universitarias, donde se han recopilado, no sólo la imprenta que sirvió para dar forma a Sembra, sino muchos de estos ejemplares, fondos bibliográficos, documentación recogida a lo largo de toda su vida y manuscritos del maestro que han sido cedidos por la familia. Todo ello servirá de soporte para los actuales investigadores. Como bien marcan los estatutos de la misma, sus intenciones son, entre otras, el favorecer las investigaciones y estudios de las nuevas generaciones de educadores así como favorecer la innovación en la práctica educativa en valenciano, siguiendo el espíritu de Les Normes del 32, firmadas en Castellón. Y ante tal objetivo, que ya cuenta con un programa de actividades y que convertirá a la UJI en la primera universidad valenciana con un centro de renovación pedagógica, los máximos responsables de este área, la Consejería de Educación, ni siquiera forman parte del órgano de gobierno de la fundación, puesto que tampoco firmaron el convenio de creación. Pero el proyecto sigue adelante, con unos estatutos fundacionales claros entre los que figura, también, el fomentar la investigación histórica y educativa, la innovación en todos los aspectos vinculados con la renovación pedagógica, así como la creación de materiales prácticos, en valenciano, en función de un proceso de enseñanza-aprendizaje basado en actitudes críticas, reflexivas, analíticas y activas. Esta cátedra pretende, además, publicar estudios y experiencias educativas de acuerdo con los objetivos de la fundación. Y para fomentar el espíritu de Soler i Godes se creará una exposición permanente a la que se añadirán otras temporales sobre temas puntuales que tengan relación con el mundo de la educación y que podrán tener un carácter itinerante. Aparte de debates, jornadas y conferencias, la fundación instituirá un premio anual, dirigido a todos los profesionales que realicen su práctica docente en valenciano. Como no podía ser de otra manera, esta entidad convocará ayudas a proyectos de investigación que ayuden a la construcción y promoción de una escuela valenciana con espíritu renovador. Y para que como en el caso de Soler i Godes todo ello quede patente en el futuro, se iniciará la publicación de una colección de libros y trabajos que recopilen todas estas actividades. Siempre en favor de que el espíritu del maestro, como una parte de la historia de la pedagogía y de la práctica escolar, ahora que ha sido recuperado, siga vivo.
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