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Los líderes de CiU rebajan su perfil más nacionalista en el programa y en los discursos

Nada de estridencias nacionalistas. CiU está decidida a hacer poco ruido y así lo demuestra su programa electoral y la cordialidad, que en otras ocasiones no electorales ha sido tensión, que presidió ayer el almuerzo de Jordi Pujol con el cuerpo consular. El programa, por ejemplo, no incluye ninguna mención explícita a la Declaración de Barcelona ni tampoco referencias a futuros pactos con sus socios nacionalistas del PNV o BNG. La moderación [EN] , no exenta de conservadurismo, presidió también la conferencia que Pujol dio a un grupo de entidades en defensa de la familia.

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El programa, presentado ayer por la plana mayor de CiU, refleja cada una de las conferencias que el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, ha pronunciado a lo largo de este año en materia de autogobierno, pacto fiscal, estado del bienestar y crecimiento económico. Ayer, en la presentación oficial los dirigentes de la coalición quisieron destacar la coherencia y solidez de su programa frente a las "vaguedades" del candidato socialista, Pasqual Maragall. El denso programa huye de cualquier referencia nacionalista radical y se centra en los beneficios para el estado del bienestar que puede comportar un nuevo pacto fiscal y el incremento de las cotas de autogobierno. Sobre la Declaración de Barcelona, tan sólo una referencia de contenido -el reconocimiento de la pluralidad del Estado-, pero ni siquiera se la nombra. Y ni una línea a futuros pactos con el PNV o el BNG ni tampoco programas de colaboración, en lengua y cultura, con otras comunidades autónomas del ámbito lingüístico catalán. Cuerpo diplomático Si el imperio de la moderación preside el programa, lo mismo sucede con las relaciones internacionales. Jordi Pujol proclamó ayer ante el cuerpo consular que CiU es la única garantía de estabilidad en el conjunto del Estado, y que en Cataluña no hay propuestas alternativas a las suyas. Pujol fue invitado ayer a un almuerzo con el cuerpo consular acreditado en Barcelona. Si en los últimos años el Gobierno de CiU y el propio Pujol habían tenido algunos problemas con los diplomáticos de carrera por dirigir el Ejecutivo catalán todas las comunicaciones en castellano, ayer todo fue distinto. El candidato de CiU se expresó en castellano ante 50 de los 84 cónsules de la ciudad, entre honorarios y de carrera. Fuentes diplomáticas calificaron de "cordial" la actitud de Pujol. El encuentro se produjo justo dos semanas después de que Maragall reuniera a los cónsules en el mismo hotel para explicarles sus propuestas de cambio para la Generalitat y su visión del papel de Cataluña en España. Aparte de la estabilidad del Gobierno central, CiU también es la única que puede defender la familia. Y el presidente defendió esta tesis, a última hora de la noche de ayer, en una conferencia que pronunció ante un grupo de entidades de defensa de la familia, próximas al Opus Dei. En principio era un acto institucional convocado desde Presidencia pero media hora antes de empezar se transformó, incomprensiblemente, en un acto electoral de CiU. Pujol, en contra incluso de la política que aplica su Gobierno a partir de la ley que regula las parejas de hecho, definió una familia como la formada por "un padre, una madre y los hijos, con voluntad de continuidad". Asimismo anunció que CiU ha desarrollado una política de familia deficiente en estas legislaturas pero a partir de ahora, si revalida la mayoría, será uno de los caballos de batalla del Ejecutivo.

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