_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Y lloró

JUVENAL SOTO El hasta ahora número dos del PA en el Ayuntamiento de Marbella -no podía yo imaginar que a tanto llegase la cosa andalucista marbellí-, el concejal Vicente Montes de Oca, montó la rueda de prensa con la que los tránsfugas suelen despedirse de sus antiguos compañeros y saludar a sus nuevos compadres. En el transcurso del numerito ya tan ordinario, el citado concejal mostró, frente a los medios de comunicación convocados para el lance, su irrefrenable vocación de trasladarse al Grupo Mixto, transporte en el que fue arropado incondicional y no sé si generosamente por varios elementos adscritos al GIL que por allí pasaban por casualidad, justo cuando Montes de Oca inició su sigilosa operación de tránsito entre televisiones, radios y periódicos. Veinte años de andalucismo militante llevaba este Montes entre pecho y espalda, cuatro lustros envuelto en la blanquiverde y con la foto de don Blas en la mesita de noche a fin de que le iluminase el notario de Casares en su carrerilla hacia el silletín de concejal. Veinte años de nacionalismo entre olivarero y casposo vigilando que a Andalucía no le pase na de na bajo la luz de las estrellas -el concejal, cuando viste de particular, está colocado como vigilante nocturno-. Pues en na se le han quedado a esta cumbre democrática los días con sus noches de militancia; en na, por mor del malaje de un tal Carlos Fernández, concejal también marbellí y número one del PA local. Y es que Fernández es un sediento de mal. No sé cuántas denuncias le ha puesto semejante hermano en Andalucía al llamado Jesús Gil y Gil -¡qué insistencia!- en los juzgados correspondientes. Por prevaricación, por apropiación indebida, por malversación de caudales públicos; en una palabra, por cosas inconcebibles en un tío como don Jesús, cuya exclusiva pretensión consiste en apañar lo de las pateras, de ahí que haya situado en Ceuta -gracias a Bermúdez, hembra de rompe y rasga- a un montón de gente muy apañada para vigilar el Estrecho y cuanto por sus aguas se menea. A Montes de Oca la perfidia chunga de Fernández le olió a encoñe personal -más aún porque Fernández tiene un pasado giloso turbio como las cuentas del Ayuntamiento de Estepona y de Marbella juntos-, y, haciendo de su nacionalismo un supositorio, optó por no consentirle ni una más a Fernández. O sea, que Montes se echó al Grupo Mixto no sin cantar ante los micrófonos que el PA le exigía 50.000 pesetas de los veinte mil duros mensuales que se embolsa por concejal de la oposición, y que con lo sobrante más su sueldo de guardia noctámbulo no le llegaba para completar el mes. Otro hombre con problemas de nómina. Los asistentes a la rueda de prensa rompían el bloc de notas, silenciaban micrófonos, apagaban cámaras de televisión y no devolvían los bolígrafos prestados, cuando Montes de Oca anunció que a partir de ese momento donaba -¡pero coño!- a la Federación de Asociaciones de Vecinos de San Pedro de Alcántara sus veinte mil duros mensuales de concejal ya mixto. Proclamada la donación, amagó tres pucheretes y lloró a moco expandido no sé aún si de emoción o de angustia por la hambruna que se le viene. Sin ánimo de ofender: ¿qué tal una ojeada por la cuenta corriente de este hombre?

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_