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Entrevista:

JAVIER REVERTE ESCRITOR "Hace siete años nadie quería publicarme un libro de viajes"

Si se cierran los ojos, oír hablar a Javier Reverte sobre Grecia y sobre el personaje homérico de Ulises es exactamente igual que escuchar a una quinceañera alabar a los Backstreet Boys o a un apasionado de la ciencia ficción describir una película de la saga de La guerra de las galaxias. De tan enorme envergadura son la pasión e ilusión que este hombre hecho y derecho (nació en 1944 en Madrid) pone al enumerar las razones que le llevaron a escribir Corazón de Ulises (Ediciones Aguilar), un nuevo libro de viajes de quien sedujo al público y a la crítica con El sueño de África y Vagabundo en África. Pregunta. ¿Realizó el viaje para Corazón de Ulises en varias etapas o lo hizo de golpe? Respuesta. De golpe, durante un par de meses [agosto y septiembre de 1998], porque si no le quitas al libro el sentido de viaje que tiene que tener. Puedes hacer trampas, pero no queda igual. P. ¿Viajó solo o lo hizo acompañado? R. Solo. Siempre viajo solo cuando voy a realizar un libro. Cuando viajas en grupo o con tu pareja eres un círculo cerrado, una burbuja. Cuando viajas solo no tienes más remedio que abrirte. En un libro de viajes es fundamental hablar con la gente, tanto como las referencias al pasado o las literarias. Hombre, alguna vez mi mujer se cogía un avión para estar conmigo unos días. P. ¿Cómo prepara uno de sus viajes? R. Es una mezcla de planificación y de improvisación. Me documento durante tres o cuatro meses y luego sobre eso planifico un recorrido. P. ¿Y en este caso? R. Corazón de Ulises ha sido un trabajo a lo largo de mi vida porque yo siempre he leído mucho acerca de Grecia. P. ¿Cómo y cuándo comenzó su interés por Grecia? R. Con La Odisea de Homero, por eso el homenaje en el título. Lo leí de crío en una edición infantil y luego, a los 15 o 16 años ya leí el libro de Homero en su versión íntegra y me entusiasmó. Luego estudié filosofía pura, además de periodismo. He tenido una formación básica griega muy larga en el tiempo y muy buena. P. Sin embargo, sus primeros libros de viajes fueron sobre África. R. En 1992, fui a África a hacer un reportaje sobre Uganda y me interesó tanto que me quedé más tiempo e hice el primero de los libros de viajes sobre África. Nadie quería publicármelo, decían que los libros de viajes no interesaban y menos sobre África. Y en 1996 conseguí sacar el libro en una edición pequeña y se convirtió en un increíble éxito de ventas. Nunca me lo habría imaginado. P. ¿Hay tradición de literatura de viajes en España? R. No últimamente, pero la ha habido. Los españoles hemos sido muy viajeros. P. ¿Por qué eligió la literatura de viajes? R. Es un género que me gusta mucho practicar, me divierto enormemente planeándolo y haciéndolo. P. ¿Por qué ese salto de África a Grecia? R. Es un homenaje a esa cultura que tanto me ha dado. Me ha hecho hombre y me ha hecho ser como soy. Sobre todas las culturas, admiro la griega. P. ¿Qué ha aprendido en el viaje que no supiera? R. Todos los viajes te cambian, sobre todo cuando te dejas ir y dices: hoy varío la ruta. Hay momentos en que conoces a una persona especialmente interesante o ves un lugar que te maravilla y entonces el viaje adquiere sentido y piensas que quizá escribes para poder viajar. P. ¿Cuál es el mejor medio para viajar? R. A mí no me gustan los aviones porque no te dan idea del tiempo, idea de propio viaje. Eres un paquete al que llevan en el aire. Para viajar hay que tomarse tiempo y, si es posible, ir andando, en autobús, en tren o en barco. P. ¿Qué significa para usted Ulises? R. Es el primer gran personaje de la literatura. Hasta Ulises los personajes eran planos. No tenían profundidad psicológica. Ulises es un personaje con todos los perfiles, está lleno de rasgos muy precisos que lo hacen una persona de carne y hueso. P. ¿Es un personaje con tanta realidad que tiene que haber existido? R. Históricamente no se sabe porque la arqueología no ha llegado tan lejos, pero es bastante probable que sí. P. En todo caso merecería existir. R. Como está retratado tan humano, tiene que haber existido a la fuerza. Yo ya me lo creo así.

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