Los alcaldes más votados toman las riendas para afrontar la crisis del PSOE valenciano
La Comisión Permanente del PSOE intervino ayer en la grave crisis que vive el partido en la Comunidad Valenciana -la segunda federación en número de militantes: 35.900- encomendando desde hoy mismo las riendas del PSPV no a la dirección surgida del conflictivo congreso extraordinario celebrado el pasado fin de semana, sino a una gestora integrada por 14 dirigentes, entre los que predominan los alcaldes más votados, los del cinturón rojo de la comunidad, donde el partido mantiene su granero electoral. Los adversarios de Ciprià Ciscar, secretario de Organización, se apresuraron a resaltar que el currículo de nueve de estos 14 dirigentes que gobernarán el PSPV-PSOE durante un año, hasta el próximo congreso, es claramente ciscarista. Desde la Ejecutiva Federal se ha hecho un llamamiento a poner fin a "endogamias y ensimismamientos".
Muy poco después de que Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario de Relaciones con los Medios, diera a conocer la resolución de la Comisión Permanente, los adversarios de Ciscar se apresuraron a dejar claro su rechazo por interpretar que el secretario de Organización está detrás de nueve de los 14 nuevos dirigentes nombrados a dedo. Antes de nombrar a la nueva gestora, la dirección socialista dio por invalidado el tormentoso congreso extraordinario celebrado el pasado fin de semana en Valencia y aceptó las dimisiones de los principales cargos elegidos en el estruendoso cónclave: el presidente, Joan Lerma, y el secretario general, Joan Ignasi Pla.Pérez Rubalcaba, que no admite tal acusación, resaltó en rueda de prensa que la solución tan drástica y "singular" adoptada ayer era la única posible y prevista en los estatutos para una "situación tan excepcional". Y criticó que se tilde a la mayoría de la gestora como "ciscarista". El portavoz de la Ejecutiva prefirió otra fórmula para definirla: "Hemos puesto al frente del partido a aquellos que lo saben hacer, que han demostrado saber ganarse la confianza de los ciudadanos".
El propio Ciscar fue igual de contundente. "No se puede decir que la gestora está copada por hombres de Ciscar. Está copada por alcaldes que han ganado al PP por mayoría absoluta. Yo no amparo ni le doy nombre a ningún sector. Ni autorizo a nadie a que hable en mi nombre", replicó en declaraciones a este periódico.
La Permanente, en la que se reúnen los secretarios de área de la Ejecutiva, acordó primero la propuesta de Joaquín Almunia, secretario general del PSOE, de aceptar la dimisión de Lerma como presidente del PSPV y como secretario federal de Empleo y la de Pla, que había sido elegido el domingo nuevo secretario general del PSPV.
Estas renuncias, ofrecidas ya en la tarde del martes por ambos a Almunia en una entrevista celebrada en el Congreso de los Diputados, significaban de hecho el cese de toda la Ejecutiva del PSPV-PSOE, elegida en aquella conflictiva convención con sólo el 43% del respaldo de los delegados. Confianza en Ciscar
El portavoz de la Ejecutiva Federal destacó varias veces que Almunia no ha aceptado la dimisión de Ciscar porque sigue "confiando" en su capacidad de trabajo. Y negó que el hecho de no aceptar su dimisión y sí las de Pla y Lerma suponga ningún reproche moral para estos últimos. Al contrario, se esforzó bastante en ensalzar las virtudes de Pla, en limpiar su nombre de ninguna irregularidad interna y de aclarar que sin su dimisión y la de Lerma las medidas contundentes anunciadas por Almunia para reparar esta avería habrían sido mucho más complejas.
La dirección socialista aprovechó para intentar solventar al mismo tiempo estas renuncias y el nombramiento de una comisión gestora que se haga cargo de esta importante federación hasta su congreso ordinario, dentro de un año, ya después de las próximas elecciones generales.
Pérez Rubalcaba justificó la elección de los integrantes de esta gestora provisional únicamente con un criterio político: que fuesen alcaldes de las poblaciones más importantes de la comunidad gobernadas por el PSOE y que dispusiesen de las mayorías más holgadas. Llegó a decir incluso que, a partir de ahora, ya no tendrían sentido las banderías ni las familias ni las etiquetas, y aseguró que se inaugura así una nueva etapa en el PSPV-PSOE, en la que se dejan a un lado las "endogamias y ensimismamientos" para abrir el partido a la sociedad y el electorado. Pero pronto le llegaron los reproches. El principal de ellos, que los ciscaristas han copado la nueva dirección provisional.
Perales como interlocutor
En cualquier caso, el teórico reforzamiento político con que Ciscar parece salir de esta dramática crisis tiene un presunto lunar. La Permanente acordó que la gestora se relacionará con la Federal en Madrid a través del secretario del área municipal del PSOE, Alfonso Perales, y no del responsable de Organización como sería lo habitual.
Sin embargo, Pérez Rubalcaba consideró algo "lógico" este cambio de papeles tras lo ocurrido en el congreso extraordinario y la implicación indirecta de Ciscar, pero subrayó mucho que el secretario de Organización no va a desempeñar desde ahora sus tareas a tiempo parcial ni verá mermada su credibilidad.
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