La estrella sorpresa de la campaña
En ninguna campaña electoral el líder de Unió Democràtica (UDC), Josep Antoni Duran Lleida, había acaparado tanto protagonismo como en la actual. Su destierro al octavo puesto de la lista de CiU por Barcelona no le impide aparecer en todos los actos de partido como el número dos de la coalición, eclipsando a veces a Jordi Pujol. La decisión del presidente de otorgar a Duran un papel político preeminente en la campaña ha sido aprovechada con especial habilidad por los estrategas democristianos. Se trata de ganar palmos de protagonismo mediático incluso a costa de la imagen del propio presidente si es necesario, lo que ha levantado ciertas suspicacias entre los dirigentes de Convergència. Pujol y Duran se han repartido conscientemente los papeles, pero la línea divisoria es tan débil que a veces llegan a entrecruzarse. El presidente sigue siendo fiel a su imagen institucional, mientras que el líder democristiano actúa como hombre de partido, el encargado del cuerpo a cuerpo con la oposición y en especial contra el candidato socialista, Pasqual Maragall. "Ya sabemos cómo es Pujol y a veces se lo salta a la torera. Le gusta demasiado entrar a saco contra los socialistas, pero en principio es un papel reservado a Duran", apunta un destacado líder de Unió. No obstante, ha sido el líder democristiano el que se ha ensañado más con los socialistas, a quienes ha acusado de sucursalistas, de querer recuperar La Moncloa a través de la Generalitat y de ser incapaces de defender los intereses de Cataluña. Al contrario que en las pasadas municipales, los democristianos se sienten a gusto con sus socios en estas elecciones. Han colaborado activamente en la redacción del programa electoral y en la estrategia de campaña, y sus principales líderes aparecen en primera línea en los anuncios publicitarios junto a Pujol o Artur Mas. Pero, además, Duran Lleida es la estrella sorpresa de la campaña. La pasada semana, en Madrid, el dirigente de UDC compartió mesa con Pujol y con lo más granado del sector empresarial y bancario español. Intervino en tertulias y entrevistas en las televisiones de cobertura nacional. Hoy volverá a la capital a pronunciar una conferencia sobre la familia. Y entretanto visita residencias de ancianos y acude a fiestas mayores. Incluso en los mítines siempre consume en sus intervenciones tantos minutos como Pujol y los jóvenes cachorros de la coalición también agitan las senyeres cuando aparece en el escenario. Durante la campaña dispondrá de su propio autocar para desplazarse junto con los periodistas por toda Cataluña. En Unió se reconoce que sus candidatos y en especial su líder viven una situación privilegiada. Un factor, dicen, que no podrían permitirse si Duran Lleida ocupara el segundo puesto de la lista. "En Convergència nos negaron el segundo lugar porque podía interpretarse en clave sucesoria. Ahora Duran va el octavo y está en todas partes, algo que no habría ocurrido si hubiera ido de dos", apunta otro cargo de UDC. Unió y Convergència viven una particular luna de miel en estas elecciones. No hay discusiones de liderazgo, de sucesión ni de relaciones entre los dos partidos. Hasta UDC ha aparcado el debate sobre su permanencia en CiU hasta después de las elecciones generales del 2000. El único objetivo es ganar el 17 de octubre, aunque para ello Duran Lleida solape al propio presidente.
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