Los partidos apoyan a la plantilla de Michelin y critican los 7.500 despidos
Más de 2.000 trabajadores de Michelin, una cifra inédita en su larga historia, se manifestaron ayer en oposición al plan de reestructuración anunciado por la empresa, como preludio de un gran acto nacional a favor del empleo que organizan sindicados y partidos políticos. Los manifestantes recibieron la solidaridad del ministro del Interior, Jean-Pierre Chevènement, quien aseguró estar "de su lado". Su postura parece dejar en claro el grado de apoyo que los trabajadores lograron y las dificultades que encontrará la empresa para concretar su plan
La protesta contra los 7.500 despidos anunciados por Michelin prendió ayer con fuerza en Clermont-Ferrand, una ciudad también conocida como Michelinville, por ser sede de la casa matriz de la multinacional francesa del neumático. Más de 2.000 trabajadores, de los 15.000 con que cuenta la factoría local, se manifestaron ayer ante las fábricas del grupo con gritos contra el plan de despidos en Europa que Michelin anunció días atrás junto con los substanciosos beneficios semestrales.Lejos de ser modesta, la cifra de manifestantes es la más importante de las registradas en la factoría de Clermont-Ferrand, que a lo largo de su historia centenaria conoció ya ocho reestructuraciones de empleo.
El conflicto marcó el rumbo del precio de Michelin en la Bolsa parisina, donde la acción cayó de 47 a 45,40 euros (3,4%).
El peso de la empresa en la economía local -menor en la medida en que la plantilla local del grupo fue progresivamente reducida a la mitad- y la presión que ejercen los directivos de la compañía explica la falta de movilización sindical en el conjunto de la empresa y particularmente en Clermont-Ferrand. El índice de afiliación de los sindicatos alcanza tan sólo el 4% de la plantilla.
De ahí que las manifestaciones de ayer hayan sido interpretadas como un éxito que marca el alto nivel de indignación suscitado por la decisión de la multinacional. Las movilizaciones, acompañadas con protestas en otras factorías del grupo, son el preámbulo de la manifestación nacional por el empleo que preparan sindicatos y partidos políticos.
En un gesto de ruptura de los lazos que unen a esta ciudad con la empresa líder mundial del neumático, los manifestantes decidieron cambiar el nombre de la avenida Edouard Michelin -pertene-ciente a uno de sus fundadores y a su actual presidente- por el de "avenida del Pleno Empleo". Según se suceden los acontecimientos, gana cuerpo la impresión de que la dirección de Michelin no valoró la reacción provocada por su anuncio. Una prueba es la actual caída en el precio de sus acciones, que contrasta con la buena acogida que la Bolsa de París dispensó en principio al anuncio simultáneo de más beneficios y despidos. A esto ahora se suma una imagen de aislamiento social de la compañía.
Edouard Michelin, el joven presidente (de 36 años) y heredero del imperio del neumático, es el blanco de los ataques, a los que ayer se sumó el ministro de Interior, Jean-Pierre Chevènement, quien denunció "el desequilibrio de fuerzas existente entre quienes aportan su trabajo y quienes aportan su capital" y afirmó que personalmente se encuentra "del lado de los manifestantes".
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