El "topless" distrae a los escoceses
¿Un taxi circulando por las calles de Glasgow decorado con la imagen de una escultural y bronceada joven en top less tumbada en la playa de Benidorm? Impensable, aunque la mujer esté de espaldas y debajo de una sombrilla que disimula su silueta. Después de tres años de infructuosas negociaciones con las autoridades escocesas, el Patronato de Turismo de la Costa Blanca se ha visto obligado a variar, sólo para el Reino Unido, una campaña de promoción que plantea la utilización de medios de transporte públicos como soporte físico de grandes fotografías a todo color, acompañadas de mensajes sugerentes para incitar al viaje a la costa de Alicante y Benidorm. El Ayuntamiento de Glasgow no ha variado un ápice una decisión que tomó en otoño de 1996, cuando denegó la licencia al propietario del taxi contratado al efecto. ¿Motivos? Oficialmente, que el colorista anuncio podría distraer al resto de conductores, acostumbrados a los austeros taxis de color negro, y provocar accidentes. Los responsables del turismo de Alicante saben, sin embargo, que las razones de la negativa son bien distintas. "Dicen que es una fotografía pícara y descarada", asegura el responsable del Patronato, el diputado Matías Pérez Such. Los munícipes de Londres, ciudad en la que desde 1997 circula un vehículo decorado con la polémica imagen, precisaron hasta dos sesiones de su Comisión de Censura para dar luz verde a la campaña, que en principio consideraban "moralmente no autorizable". En el resto de capitales europeas la promoción se ha desarrollado sin problemas de censura. Tranvías, autobuses o taxis de Amsterdam, Rotterdam, Utrecht o La Haya, en Holanda, o las alemanas Düsseldorf, Colonia y Berlín no se espantan de ver a una modelo semidesnuda en la playa, porque eso es precisamente lo que hacen la mayor parte de sus paisanas cuando viajan a España. Para evitar nuevos retrasos o que la insistencia genere malestar en las autoridades británicas, principalmente las escocesas, el Patronato de Turismo ha decidido cortar por lo sano y variar absolutamente su estrategia promocional en mercados emisores de clientes británicos. Así, se mantiene la idea de contratar taxis y autocares que circulen por el centro de las ciudades, pero lo que antes era una chica tostándose bajo el sol mediterráneo junto a las leyendas Benidorm, the holiday paradise (Benidorm, paraíso de las vacaciones) y Now is summer in Costa Blanca (Ahora es verano en la Costa Blanca), se ha transformado en dibujos de inspiración naïf con hojas de palmera que caen sobre una bahía de intenso azul ocupada en la lejanía por una tabla de windsurf, mientras en primer plano se intuye a una joven en biquini que desgusta un refresco. Otros modelos, en fase de diseño, colocan a grupos de bañistas en las playas, o jugadores de golf practicando ese elitista deporte en Alicante. El paraíso ha desaparecido para dejar paso a una leyenda simple y directa: Benidorm, sun and fun (Benidorm, sol y diversión). Paralelamente, la campaña se ampliará a países de la órbita de la antigua URSS, potenciales emisores de turistas, como Polonia, la República Checa y Hungría, donde se consolida una clase media con poder adquisitivo suficiente para permitirse unas vacaciones en la Costa Blanca, que ya conocen. Consideración especial se tiene en estos momentos con las tres repúblicas bálticas, donde incluso las autoridades turísticas se plantean acciones individualizadas para captar visitantes o, al menos, situarse en el mercado para cuando mejoren sus economías. Estonia, Letonia y Lituania son bocados apetecibles, y el Patronato se plantea las promociones allí como una inversión a largo plazo. Con todo, los mayores esfuerzos inversores se mantienen en el Reino Unido, el mayor cliente de la Costa Blanca.
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