Maragall advierte a Duran Lleida que con el radicalismo arruina su crédito político

Pasqual Maragal dio ayer acuse de recibo de algunos de los ataques que le lanza Convergència i Unió (CiU) y respondió a ellos. En particular, a los que le lanza el líder de Unió Democràtica, Josep Antoni Duran Lleida. El candidato socialista a la presidencia de la Generalitat advirtió a Duran de que el radicalismo de que hace gala arruinará su credibilidad como dirigente moderado. Maragall dedicó su jornada de ayer a recorrer el Vallès.

"En el futuro tendremos que ir todos juntos en algunos asuntos. Por eso me sabe mal que políticos importantes como Duran Lleida echen por la borda el crédito que tenían", dijo Maragall. También replicó la acusación, lanzada entre otros por el propio Duran, de que el PSC depende del PSOE. Los nacionalistas no paran de hablar de Cataluña, dijo, pero CiU no sólo tiene un acuerdo con el PP a escala española, afirmó, "sino que su Gobierno, el de aquí, el de Cataluña, depende de la calle de Génova, donde está la sede del PP puro y duro". Maragall dio estas réplicas en un mitin celebrado ayer por la tarde en el Ateneo de Cerdanyola. "Tenemos el viento a favor, pero el viento no gana elecciones", advirtió a las 250 personas que asistían al acto. Las jornadas de Maragall son ya una campaña electoral en regla. Por la mañana, visita a Caldes de Montbui, con paseo por el mercado semanal. A mediodía, comida con responsables del consorcio sanitario del Parc Taulí de Sabadell; por la tarde, mitin en Cerdanyola, y por la noche, cena en Sant Cugat organizada por la plataforma local de Ciutadans pel Canvi. El mitín de Cerdanyola tuvo todos los ingredientes tópicos de la campaña electoral estricta. Maragall entró en la sala al son de la música. Se oyeron unos gritos, todavía tímidos, de "¡presidente, presidente!". El primero en hablar fue un joven, Efrem Utrera, candidato número 68 en la lista de Barcelona. Expresó así su deseo de cambio político: "Soy joven y ya estoy harto de que Pujol nos dicte cómo debe ser nuestra sociedad. Hace ya 20 años que gobierna y yo tengo 21. Cataluña nos pide un cambio". Luego intervino Cristina Real, alcaldesa de Cerdanyola, que ocupa la plaza número 42 en la lista de Maragall. "Lo mío es transmitir ilusión, ya lo sabéis", dijo en su breve parlamento antes de presentar a Maragall, "y os digo que vamos a ganar, pero para ganar hace falta un último empujón". Maragall fue acogido con una fuerte ovación, a la que siguió un silencio total mientras duró su larga intervención. Habló en castellano en el 90% de su discurso, porque lo requería la composición de la audiencia. Maragall comenzó con un ataque a Pujol por aferrarse al poder a pesar de llevar ya 19 años como presidente. Por no haber sabido retirarse a tiempo, dijo, como hizo él en la alcaldía de Barcelona cuando llevaba 14 años en ella. "Algunos me decían: "¿Quién es este Clos?". Pero luego se ha visto que es un gran alcalde", afirmó tras explicar que todo buen político debe preparar el futuro. Pues bien, continuó, Pujol no ha sido un mal presidente, pero su Gobierno está ya gastado, no tiene ya ideas ni proyectos, lleva demasiado tiempo. "Y ahora pretende que pasemos cuatro años más discutiendo sobre si su sucesor es el número dos o el número ocho, y si se retira o no. El país no puede estar pendiente de esto", concluyó.