Mantenimiento

El mercado de valores español se descolgó un poco más de la tendencia global y cerró a la baja ante la presión del precio de la deuda. La rentabilidad del bono a 10 años ascendió otra vez hasta el 5,34%, manteniendo así un margen de casi tres puntos respecto de la inflación, que es en definitiva lo que diferencia a la economía española del resto. La Bolsa abrió con buenas perspectivas -el índice general de Madrid llegó a subir casi siete puntos- pero la ausencia de compradores finales provocó un paulatino descenso de los precios hasta concluir la sesión con pérdidas. La contratación en el mercado continuo fue de 119.998 millones de pesetas efectivas, 721,20 millones de euros, de los que más de un 50% se concentraba en sólo tres valores. La actividad del arbitraje profesional deja poco margen a la inversión particular, incluso a la que intenta jugar a corto plazo, y denota la ausencia de expectativas a medio plazo del mercado español de renta variable.

La mayoría de los análisis insisten en una subida del mercado para el final del ejercicio, pero no aluden al desfase existente entre el nivel de la rentabilidad de la deuda y las cotizaciones bursátiles. La mayoría de las estimaciones efectuadas al comienzo del ejercicio apostaban por una rentabilidad a 10 años en el 5,20% en esta segunda parte del año y una Bolsa con una subida media del 10%. Con tipos al 5,34%, las cotizaciones deberían estar algo más abajo, pero existe cierta oposición a dejar caer los precios por debajo del nivel de apertura.

La Bolsa de Madrid perdió al cierre el 0,05%, mientras que el conjunto de los mercados europeos subía. Londres mejoraba un 0,28%, París un 0,78% y Francfort un 0,91%.

La Bolsa de Nueva York no conseguía definir una orientación después de una apertura incierta y a media sesión mostraba un descenso de cuatro puntos. Al final, cerró con una ganancia de 13,94 puntos hasta situarse en 10.817,57 puntos.