Un seminario aborda en Valenia el uso de drogas en la creatividad
"¿Son las drogas un motor creativo válido? ¿Es menos válida una creación por haber utilizado sustancias ilegales? ¿Es Internet un mundo machista? ¿Puede ser Madonna considerada como una feminista revolucionaria?¿ Son los tabús una forma de conservar las fronteras de la sociedad? ¿Qué pretende Marilyn Manson? ¿Es el mercado el único espacio para una acción política eficiente?". Cultura y poder: Discursos desafiantes. Ese es el título del quinto seminario sobre estudios culturales que se ha celebrado del 16 al 18 de septiembre en la Facultad de Filología de la Universidad de Valencia, y las preguntas que encabezan este artículo son los planteamientos de partida de algunas de las conferencias y mesas redondas que se han podido escuchar -prácticamente todas en inglés- en la ciudad durante estos días. Los anteriores seminarios se celebraron en Barcelona, Madrid y Zaragoza, con un especial énfasis en materias como instituciones, negocios y confrontaciones culturales. Otros asuntos como la intervención estadounidense en la educación cubana o la relación entre novelas y películas, y como afectan cada una a la idea original, son las múltiples temáticas que los filólogos, lingüistas y filósofos que se han congregado han podido tratar con soltura. La idea de poder abarcar fenómenos sociales desde una perspectiva multidisciplinar es la que preside el campo de los denominados estudios culturales, una tendencia que surgió en Estados Unidos y Gran Bretaña para analizar los aspectos de la cultura popular que trascendían la visión estricta que podía dar de ellos una sola ciencia. "Fue a principios de los ochenta", cuenta María José Coperías, coordinadora del seminario "cuando los británicos comenzaron a integrar más intensamente los estudios en el ámbito académico. En España, desde mediados de los noventa, con la organización de los congresos Cultura y Poder (Culture and Power, originalmente), se han ido asentando en nuestras universidades". Postura desmitificadora El Departamento de Filología Inglesa y Alemana de la Universidad de Valencia ha traído a importantes figuras, como la filósofa Sadie Plant, que habló sobre literatos que han escrito bajo el efecto de las drogas desde una desmitificadora y nada moralista postura. Plant habló, por ejemplo, de las experiencias personales de Thomas de Quincey, Burroughs, y sobre Coleridge, sobre el cual comentó la anécdota de por qué no finalizó su famoso poema Kublai Khan, influenciado por el opio: la intervención de su casero quebró la terminación del texto. Lo variado de las temáticas del congreso hace difícil reseñar conferencias, si bien destaca la creciente importancia que están cobrando estudios como los de José Ramón Belda o Jamie Fowlie sobre Internet, que parece ser un foco de atracción para los Estudios Culturales tanto como lo han sido habitualmente el cine, la literatura o la música pop.
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