Batalla campal en Sevilla la Nueva al enfrentarse varios feriantes

Dos familias de feriantes se pelearon ayer al mediodía en el municipio de Sevilla la Nueva (3.500 habitantes) a causa de que ambos clanes pretendían instalar la misma atracción infantil, el gusano loco. La reyerta acabó con dos hermanos heridos leves al ser golpeados en la cabeza con un palo. Ambos fueron trasladados en una ambulancia de la Cruz Roja al hospital de Alcorcón.La Guardia Civil tomó el recinto ferial para evitar nuevos enfrentamientos entre las familias. Acudieron 25 agentes de Navalcarnero, Villaviciosa y San Martín de Valdeiglesias.

Uno de los agentes llegó a efectuar varios disparos intimidatorios al aire para evitar la refriega, según confirmó la alcaldesa de Sevilla la Nueva, Pilar Becerril (PSOE). El Ayuntamiento optó por retirar la licencia de instalación a ambas familias con el fin de que abandonasen el municipio. Ambos clanes se marcharon anoche de Sevilla la Nueva. Uno de ellos, con destino hacia Navalcarnero, y otro, hacia Brunete, según la Guardia Civil.

Los incidentes comenzaron al mediodía en el recinto ferial. Allí estaban instalados unos feriantes con el artilugio del gusano loco. A las 12.30 llegó una familia de etnia gitana compuesta por 11adultos que pretendía asentarse y montar la misma atracción de feria que llevaba puesta desde el comienzo de las fiestas, el pasado día 12.

Los feriantes empezaron a discutir a voces. La riña verbal terminó en batalla campal. Los más jóvenes de las familias sacaron palos y herramientas y se liaron a golpes. "Ha sido espectacular", dijo José Luis, vecino de Sevilla la Nueva. "Se han pegado de tortazos y eran más de 40 personas. Si no llega a venir la Guardia Civil, pronto se matan", agregó el vecino.

Disparos al aire

Los agentes del instituto armado se encontraron una pelea multitudinaria. Pese a su presencia, la batalla campal continuó, por lo que uno de ellos optó por disparar al aire para que cesase la lucha. Uno de los implicados huyó hacia el Ayuntamiento y se refugió en su interior. Hasta allí le siguieron los oponentes, que trataron de derribar la puerta del edificio municipal.

La pelea duró más de cinco horas. "Las familias se calmaban, pero al rato volvían a pegarse", según comentó un vecino. A las siete de la tarde terminaron los enfrentamientos, según la Guardia Civil. "Ha sido una reyerta multitudinaria, aunque finalmente no ha ocurrido nada grave", aclaró un portavoz de la Comandancia de Madrid.

Pilar Becerril, que lleva dos meses en la alcaldía, lamentó los hechos: "Éste es un pueblo muy tranquilo y no estamos acostumbrados a estas cosas". "Me gustaría pedir a la Comunidad de Madrid una legislación para controlar a estas familias de feriantes ambulantes y nómadas que carecen de papeles", dijo la alcaldesa, "porque los problemas surgen en los municipios".