El Parlamento Europeo da un fuerte respaldo a Prodi en su investidura
El Parlamento Europeo dio ayer un fuerte espaldarazo a Romano Prodi, al investirle con el 71,9% de sus votos como nuevo presidente de la Comisión Europea. Su colegio obtuvo resultados menos espectaculares (68%), pero, aun así, notables en relación con las investiduras de los Gobiernos nacionales, tras unas comparecencias también ejemplares para los usos de los Estados miembros. Prodi salió del ejercicio al mismo tiempo muy reforzado -por los resultados- y algo debilitado por los regalos hechos a la Cámara.
"La Comisión está en manos del Parlamento", reconoció, "pero también éste está en manos de la Comisión". El hemiciclo votó una resolución global sobre Prodi y su Comisión: de 591 sufragios (hay 626 escaños), 414 (el 70%) fueron favorables, 142 (el 24%) negativos y hubo 35 abstenciones. Pero también se definió sobre sus cuatro párrafos separados, que calificaban a Prodi hasta final de año y para el siguiente quinquenio, y sobre su colegio en ambos periodos.El presidente logró mejor nota (71,2%) que sus pupilos (68%) para el periodo 2000- 2005, quizá por las reservas formuladas en las comparecencias del belga Philippe Busquin y la española Loyola de Palacio. Históricamente, Prodi batió ampliamente a su predecesor, Jacques Santer (que obtuvo un 49,9% de síes y un 45,6% de noes), pero su equipo quedó menos bien (68%) que el anterior (71,8%). "Cualquier Gobierno firmaría ese resultado, es un triunfo absoluto", comentó el comisario español Pedro Solbes. "Tenemos una gran satisfacción por la amplísima mayoría", aspostilló De Palacio. Como habían anticipado, los socialistas de Enrique Barón y los liberales de Pat Cox se volcaron a favor, sin apenas deserciones. Los Verdes e Izquierda Unitaria reventaron en mitades desiguales. Ultraderechistas y nacionalistas conservadores votaron contra Prodi. Y el PPE exhibió una inquietante desunión. De sus 233 diputados, 160 siguieron la consigna del presidente, Hans Gert Pöttering, y refrendaron a Prodi y su equipo. Pero el resto (un 32%) se indisciplinó. Los más rebeldes fueron los británicos en bloque, pese a que la presidenta de la Cámara, la conservadora Nicole Fontaine, asegurase que su ingreso en el PPE no ha mellado "la cohesión del mismo".
Indisciplina alemana
Lo peor para Pöttering es que la indisciplina carcome a su propia delegación nacional, la alemana. De sus 53 miembros, 21 votaron contra lo ordenado por su jefe. Un 39,6% de su guardia pretoriana disparó sobre su cabeza. Drama para el líder y para el partido. Lo que fuera la Democracia Cristiana de Adenauer y De Gasperi, Aldo Moro y Kohl ha devenido un hormiguero caótico en el que pululan thatcheristas, berlusconianos, exfalangistas, centristas de ocasión y liberales, junto a democristianos de pura raza. Gran incógnita para el futuro de Europa, que siempre caminó sobre un pie marca DC y otro marca PS.
Prodi salió reforzado, pero pagó un alto precio en cinco concesiones (entre ellas, semicompartir el poder de iniciativa y estudiar a fondo la retirada de confianza parlamentaria a un comisario en vistas a su posible dimisión), a las que negó tal carácter formal y de las que aseguró que no hipotecan la Comisión. "No nos hemos despojado de competencias; la Comisión está en manos del Parlamento, pero también éste está en manos de la Comisión, porque sin una Comisión fuerte caería en la implosión", concluyó.
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