No es un punto estatégico militar.
No es una región que nos cree el suficiente interés económico. No son noticia. No conmueven a la opinón pública. Por ello, quedémonos impasibles ante el genocidio que se está perpetrando. Dejemos que le cercenen su anhelada independencia, reclamada unánimemente por sus ciudadanos, a pesar del imperio de terror reinante antes y durante la consulta popular. Mientras todo esto sucede, que no nos remuerda ni un ápice nuestra bien engordada conciencia, puesto que hacemos todo lo posible por subsanar la situación. Damos muestra de nuestra preocupación en la gran farsa denominada ONU, sintiéndonos orgullosos, tras la consumación de una magnífica acción, al llegar a la conclusión de que estamos dispuesto a intervenir, eso sí, una vez que lo solicite Indonesia.- .
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