De ésta nos salvamos
El avión que por desgracia se estrelló el 1 de septiembre, lo hizo afortunadamente en Buenos Aires. Si una tragedia como ésta hubiera ocurrido saliendo del aeropuerto urbano de Barajas, yo no estaría vivo para escribir esta nota y, probablemente, alguna autoridad del Ministerio de Fomento hablaría de grandiosas soluciones de futuro. Cada día, centenares de aviones sobrevuelan a baja altura mi barrio en su ruta de despegue de la nueva pista, inmediatamente después de remontar el vuelo, el momento más probable de accidente aéreo, como las estadísticas machaconamente confirman. Sólo quiero dejar aquí constancia de que el día que ocurra la tragedia, ninguna autoridad de la nación estará legitimada para consolar a lo que quede de mi familia. .
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