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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Verrugas en el cuero urbano

Existen dos trayectos equidistantes por los que se puede llegar caminando de mi casa a la Puerta del Sol, las calles del Arenal y Mayor, dos sendas que siempre me han parecido diferentes caras de la misma moneda: ambas ofrecen fisionomías hermanadas, por las dos fluye el mismo gentío que alborota y alegra mi barrio, un barrio cosmopolita donde es difícil diferenciar al autóctono del visitante. Con frecuencia camino por estas calles, y quiero manifestar algo que ha llamado mi atención últimamente. De siempre este barrio ha sido el preferido por los mendigos: algunos ocupan los mismos lugares desde hace años, parcelas que son respetadas por sus colegas igual que si fuesen propiedades privadas; pero ahora, como si hubiese surgido una recalificación de esquinas y rincones, estas calles han sido tomadas también por otros mendigos diferentes: son mendigos sin andrajos, personas con ropa e higiene normal que se sientan en una acera con la cabeza gacha, nos abren las puertas de los comercios; u otros, los más dignos, que doblan jornada de pie, con un montón que no decrece de revistas del desazón casi siempre escritas en un idioma extranjero; todos éstos, junto a los más clásicos y los agitados por la abstinencia, forman la oferta más amplia y mestiza que jamás se había visto. Ante este espectáculo, cada uno puede adoptar la postura que quiera, dar o no dar, esquivar o mirar, ignorar o afrontar, incluso hay quien para disuadir a su conciencia de la realidad recurre a extrañas justificaciones, por las que aseguran que determinadas desgracias no son motivos merecedores de compasión o afirman que existen mafias, etcétera.

De verdad, yo no creo que nadie llegue a ese estado si no es por auténtica precariedad, sea cual sea el motivo que lo condujo a la situación fatal. Me gustaría saber qué efecto produce esto en las autoridades. Me pregunto si piensan hacer algo para rescatar a las nuevas generaciones de indigentes, o si por el contrario contemplaremos impasibles el ademán como se reproducen cual verrugas en el cuero urbano.- .

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